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¿Qué es la flora intestinal y cómo hay que cuidarla?

Mujer tomando un yogurt o kéfir.En pleno boom de preocupación por la salud y el bienestar corporal y la promoción de hábitos de vida saludables, muchos productos de alimentación hablan de los beneficios de sus componentes para la flora intestinal, una parte de nuestro cuerpo que, nos advierten, tenemos que cuidar. Sin embargo, existe aún gran desconocimiento sobre las funciones de este microorganismo con el que convivimos.

“La flora intestinal es el conjunto de microorganismos vivos que habitan en nuestro intestino y con los que establecemos una relación de simbiosis y ayuda mutua”, explica Margarita Mas, especialista en Medicina y Cirugía y autora del libro ‘Las maravillas de la flora’ (ed. Amat), con la colaboración de la modelo Judit Mascó. Mas afirma que, de hecho, nosotros mismos somos el resultado de la interacción entre todos nuestros genes y los genes de nuestras bacterias, que nos aportan funciones que nosotros solos no podemos hacer.
“Solo para hacernos una idea, tenemos diez veces más microorganismos que células. Nuestro cuerpo es el hogar de 100 billones de microorganismos pero la mayoría viven en nuestro intestino”, explica la doctora. Estos microorganismos que llegan a pesar hasta un kilo, actúan como un órgano más y suman una capacidad metabólica muy potente, además de desempeñar funciones importantes para el organismo: es clave para el sistema inmunológico, el desarrollo correcto de los órganos y el metabolismo.
“Nosotros les damos cobijo, les ofrecemos un sitio donde vivir con las condiciones qué necesitan -que es nuestro tubo digestivo-, y además les proporcionamos alimento. Nuestra flora intestinal se alimenta de lo que nosotros comemos”, apunta la experta dando la clave de cómo cuidarla.
Según Mas, conocer bien a nuestros inquilinos y saber con qué herramientas contamos para poder echarles una mano es esencial. Lo fundamental será conseguir que nuestra flora intestinal sea lo más diversa posible, pues ahí residirá el punto de equilibrio.
Los últimos años se ha relacionado el incremento de enfermedades como el asma, las alergias y enfermedades con un componente autoinmune con cambios en la colonización del intestino y una flora con baja diversidad. “Hay muchos factores que pueden alterar este equilibrio microbiano como las infecciones, el uso de antibióticos, especialmente cuando somos niños, o la dieta” aclara Mas.

Cómo mejorar nuestra flora intestinal

Entonces, ¿la flora intestinal se regenera sola o podemos hacer algo por ayudarla? La experta explica que el cuerpo humano no fabrica su flora intestinal, sino que la adquiere del exterior, de modo que cuando nacemos no tenemos flora intestinal pero la vamos generando con la lactancia, la alimentación y el contacto con agentes externos, entre otros factores.
Para lograr una mayor diversidad de la flora intestinal es necesario haberse entrenado y haber estado en contacto con gran cantidad de especies de microorganismos diferentes, lo que no significa que sea necesario haber sufrido gran cantidad de infecciones, como se pensaba años antes, advierte la especialista.
Por el contrario, todo lo que aleje a la flora intestinal de la diversidad la perjudicará. Una dieta poco saludable, con mucho azúcar, grasas, alimentos procesados y escasez de fibra será malo para ella.

La dieta

Como apuntaba la experta, la alimentación es la clave para mantener la diversidad de nuestra flora y ayudarla a desarrollar sus funciones y mantenerse en simbiosis con nosotros. Mas señala los ingredientes fundamentales para mejorarla: la fibra, los prebióticos y los probióticos, que se acompañarán de un estilo de vida saludable. La doctora explica sus funciones y beneficios.
  • Fibra: La fibra es muy importante, pues esta llega al colon sin digerir y, una vez allí, alimenta a nuestras bacterias, esto es, ayuda a la flora a cubrir sus necesidades, a ser rica y diversa, que es lo que más la beneficia.
     
  • Prebióticos: Son una parte no digerible de un alimento que estimula y facilita el crecimiento de un grupo selectivo de bacterias beneficiosas de nuestra flora intestinal. Un ejemplo es la inulina, una fibra vegetal, soluble y fermentable por las bacterias de la flora que favorece el crecimiento de las bifidobacterias.
     
  • Probióticos: Se trata de microorganismos vivos que, en cantidades adecuadas, producen un beneficio para la salud. Resisten el paso del tubo digestivo y llegan vivos al colon. Allí no necesariamente colonizan la flora local, ni acaban formando parte de ella, sino que se consideran flora en tránsito y durante este tránsito ejercen su función y pueden ser muy útiles, ya que compiten y desplazan patógenos, producen sustancias fundamentales para nutrir la mucosa del colon y también incluso en algunos casos pueden ser una ayuda frente a algunas molestias digestivas leves. No todos sirven para todo: los efectos de estos probióticos van a depender de la especie, de la cepa y de las cantidades en las que se tomen. Uno de los más importantes y conocidos son las bifidobacterias, que están muy presentes en la leche materna, se encuentran en mayores cantidades en los niños y van disminuyendo sus poblaciones con el paso de los años. Hay probióticos que están presentes en alimentos de muy fácil incorporación en nuestra dieta como el yogur, el kefir y las leches fermentadas.

Consejos generales
 

  1. Seguir una dieta lo más equilibrada y variada posible idealmente adaptada al patrón de la dieta mediterránea.
     
  2. Optar por una dieta muy rica en fibras en general. Se recomienda una ingesta de fibra en adultos superior a 25 gramos al día, siempre introducidos de forma progresiva sino estamos acostumbrados.
     
  3. Asegurar que entre estas las fibras que tomamos en la dieta haya prebióticos.
     
  4. Incorporar probióticos en la dieta, a través de los yogureskéfires o leches fermentadas con bifidobacterias.
     
  5. Llevar un estilo de vida saludable: correcta hidratación, actividad física regular y adecuada a nuestra realidad, unas correctas pautas de sueño, evitar todos los tóxicos conocidos (el alcohol y el tabaco) y evitar el estrés.

Fuente: Cuídate.

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