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El aceite de coco un remedio para el alzheimer

Entre los remedios para prevenir el alzheimer la Dra. Newport, dio con el “descubrimiento” de las bondades del aceite de coco, en su búsqueda desesperada por ayudar a su marido, diagnosticado de alzheimer y logró aliviar en gran parte

 
 Un equipo de científicos de la Universidad de Queensland, en Brisbane (Australia), ha creado una nueva técnica terapéutica no invasiva que podría revolucionar el abordaje del alzhéimer y otras enfermedades neurodegenerativas al optimizar el tratamiento de la memoria. 
El estudiose ha publicado en la revista 'Science Translational Medicine' que revela el nacimiento de una nueva técnica, llamada 'repeated scanning ultrasound' (SUS), para eliminar la placa que se forma en el cerebro de los enfermos de alzhéimer con el uso de ultrasonidos. Se trata de la placa betamiloide, la cual interfiere en la sinapsis entre las neuronas cerebrales, informa la revista científica 'Science Alert'. 
Los investigadores, liderados por los científicos Jürgen Götz y Gerhard Leinenga, utilizaron una prueba de ultrasonido combinada con microburbujas inyectadas en la sangre de ratones con alzhéimer. Estas vibran en reacción a las ondas emitidas con el objetivo de abrir temporalmente la barrera protectora de sus cerebros y erosionar la placa betamiloide. "Las ondas de ultrasonido oscilan tremendamente rápido, activando las células de la microglía que digieren y eliminan las placas amiloides destruyendo las sinapsis del cerebro (la cual es causante de la enfermedad neurodegenerativa)”, explica Götz. 
De esta forma y aplicando la técnica durante semanas, consiguieron eliminar en un 75% las placas betamiloides sin causar daños en el tejido cerebral y una notable mejoría en la memoria, orientación y reconocimiento de objetos de los sujetos (los ratones tratados con ultrasonido puntuaron significativamente mejor que aquellos que no recibieron tratamiento y la diferencia con ratones sanos fue mínima). 
El equipo de especialistas afirma que el próximo paso de la investigación será aplicar la técnica a animales más desarrollados, como las ovejas, y espera poner en marcha sus proyectos aplicados a humanos en 2017.
La Dra. Newport, médico especialista en neonatología, dio con el “descubrimiento” de las bondades del aceite de coco, en su búsqueda desesperada por ayudar a su marido, diagnosticado de Alzheimer temprano a los cincuenta y pocos años, enfermedad que, a pesar de la medicación seguía avanzando rápidamente.
La doctora cuenta como en 2008 llevó a su marido a realizar un examen para que pudiera entrar en las pruebas clínicas de un nuevo medicamento. Allí le realizaron un MMSE (Mini-Examen de Estado Mental), pero fue rechazado porque obtuvo baja puntuación. Steve Newport tampoco fue capaz de pasar una prueba en la que se le pedía que dibujara un reloj, lo que hizo que los médicos consideraran que estaba comenzando a pasar ya a la fase severa de la enfermedad.
Finalmente, la doctora decidió empezar a darle aceite de coco a su marido, pues descubrió algunas investigaciones esperanzadoras administrando triglicéridos de cadena media (MCT) en personas con Alzheimer, y al ver que el aceite de coco es muy rico en MCT, pensó que era la forma más fácil de probar por su cuenta.
Pronto Steve empezó a recuperar la memoria y la capacidad cognitiva de forma impactante. Al  principio Mary Newport no estaba segura de si había sido el aceite de coco, pero como había leído que a algunos enfermos les podía hacer efecto el mismo día que lo tomaban, decidió continuar con el aceite en la dieta de su marido.
A partir de ahí se inició la mejoría de Steve que, con el uso diario de aceite de coco, comenzó a recobrar capacidad cognitiva perdida, movilidad, y el avance de la enfermedad se ralentizó de forma importante, algo que ningún medicamento había logrado hasta ese momento.
Mary cuenta cómo su marido en cinco días recuperó su personalidad, en palabras del mismo Steve “recuperó su vida”. Dos semanas después de empezar a tomar el aceite fue capaz de dibujar de nuevo un reloj, aunque no perfecto, pero incluyendo hasta los números.
A los 3 ó 4 meses desapareció una alteración visual que le impedía leer. Y en el período de un año mejoró su movilidad hasta ser capaz de poder correr de nuevo, y también su capacidad de comprensión lectora, así como su memoria reciente y a corto plazo. Steve no se ha curado, pero todas las mejorías que ha ido experimentado, han cambiado su mundo y el de su familia.
Esta dramática experiencia sirvió a la Dra. Mary Newport para poder hablar con conocimiento sobre los cuerpos cetónicos, un combustible alternativo para el cerebro, que se produce cuando el cuerpo convierte la grasa (a diferencia de la glucosa) para utilizarla como energía. Una fuente principal de cuerpos cetónicos son los triglicéridos de cadena-media (MCT).
El estudio demuestra que las cetonas parecen ser el combustible favorito para los cerebros de los pacientes que padecen Alzheimer o diabetes.
Se puede estimular la producción de cuerpos cetónicos consumiendo aceite de coco. Se ha determinado que poco más de dos cucharadas de aceite de coco podrían suministrar a su cuerpo 20 gramos de MTCs, que es la cantidad que puede ayudar a aliviar las enfermedades degenerativas neurológicas.
La Dra. Mary Newport habla sobre los cuerpos cetónicos, un combustible alternativo que produce su cuerpo cuando digiere el aceite de coco, así como de los grandes beneficios que podría ofrecer este aceite en la lucha contra el Alzheimer.
Si su teoría es correcta, este podría ser uno de los mayores descubrimientos de salud natural en mucho tiempo. Respaldando su teoría se encuentra la notable recuperación de su pareja. Parece que la Dra. Newport podría haber tropezado con una poderosa estrategia natural para ayudar a prevenir y tratar el Alzheimer.
Uno de los combustibles principales para el cerebro es la glucosa, que se convierte en energía. El mecanismo para el uso de glucosa en el cerebro ha comenzado a ser estudiado recientemente y lo que se ha aprendido es que el cerebro en realidad fabrica su propia insulina que necesita para sobrevivir y convertirla en glucosa en su torrente sanguíneo gracias a los alimentos
Ya se sabe que la diabetes es una enfermedad en la que el cuerpo deja de producir la insulina necesaria para regular el azúcar en la sangre y la capacidad de regular (o procesar) el azúcar en la sangre en energía, esencialmente se ve afectada. 
A veces los remedios no invasivos y naturales suelen servir para curar o aliviar grandes males degenerativos
Ahora, cuando la producción de insulina en el cerebro disminuye, su cerebro literalmente comienza a morir de hambre, ya que no obtiene la energía proveniente de la glucosa que necesita para funcionar normalmente. Esto es lo que sucede con los pacientes de Alzheimer- porciones de su cerebro comienzan a atrofiarse o a morir de hambre, causando una alteración en el funcionamiento y eventualmente pérdida de la memoria, habla, movimiento y personalidad.
Actualmente, también se sabe que las personas con diabetes tienen un riesgo 65% mayor de ser diagnosticados con Alzheimer y parece haber un vínculo muy potente entre estas dos enfermedades, aunque aún se tienen que determinar los mecanismos exactos de esto. Sin embargo, parece bastante claro que ambas enfermedades estén relacionadas con la resistencia a la insulina- en el cuerpo y en el cerebro.
Afortunadamente, el cerebro es capaz de utilizar otros tipos de suministros de energía y aquí es en donde entra en escena el aceite de coco. Alternar los alimentos para el cerebro puede detener la atrofia cerebral.
Hay otra sustancia que puede alimentar su cerebro y prevenir la atrofia. Incluso podría restaurar y renovar las neuronas y función nerviosa en el cerebro después de que ha comenzado el daño. La sustancia en cuestión se conoce como cuerpo cetónico o cetoácidos.
Las cetonas son lo que su cuerpo produce cuando convierte la grasa (en lugar de la glucosa) en energía. Y una fuente primaria de cuerpos cetónicos son los triglicéridos de cadena media (MCT) encontrados en el aceite de coco.
El aceite de coco contiene cerca de 66 % de MCTs. Los beneficios de salud de los cuerpos cetónicos también podrían extenderse a otros problemas de salud, según la Dra. Newport:
"Además, este es un potencial tratamiento para la enfermedad del Parkinson, Huntington, esclerosis múltiple, esclerosis lateral amiotrófica (ALS o enfermedad de Lou Gehrig), epilepsia resistente a los medicamentos, diabetes tipo 1 y tipo 2, en donde hay resistencia a la insulina.
Los cuerpos cetónicos podrían ayudar al cerebro a recuperarse después de una pérdida de oxígeno en los recién nacidos y también en adultos, podría ayudar a recuperarse después de un ataque agudo e incluso podría reducir los tumores cancerosos".
Los triglicéridos de cadena media (MCT) son grasas que no son procesadas por el cuerpo de la misma forma que los triglicéridos de cadena larga. Normalmente, cuando se toma una grasa ésta debe estar mezclada con la bilis liberada de la vesícula biliar antes de que pueda ser descompuesta en su sistema digestivo.
Pero los triglicéridos de cadena media van directamente al hígado, que convierte el aceite en cetonas de forma natural, evitando la bilis por completo. Posteriormente, el hígado manda las cetonas al torrente sanguíneo, lo que ayuda a transportarlas al cerebro para ser utilizadas como combustible. De hecho, las cetonas parecen ser la fuente preferida de alimento del cerebro en pacientes con diabetes o Alzheimer.
"En el Alzheimer, las neuronas en ciertas áreas del cerebro no son capaces de tomar la glucosa debido a la resistencia a la insulina por lo que comienzan a morir poco a poco, un proceso que parece suceder varias décadas antes de que los síntomas se vuelvan evidentes, " según señala la Dra. Newport.
"Si estas células tuvieran acceso a los cuerpo cetónicos, podrían mantenerse vivas y seguir funcionando."
Otra forma de aumentar la producción de cetonas en el cuerpo es restringiendo los carbohidratos. Esto es lo que sucede cuando lleva una alimentación rica en grasa, rica en proteína y baja en carbohidratos: Su cuerpo comienza a utilizar las grasas en lugar de los carbohidratos, esto es conocido como cetosis.
Ésta también es la razón por la que no nos morimos de hambre cuando restringimos los alimentos durante semanas, porque el cuerpo es capaz de convertir las grasas almacenadas en cetonas, que son utilizadas como combustible en lugar de la glucosa.
Consumir triglicéridos de cadena media, como el aceite de coco, es la mejor opción. Sin embargo, debido a que las cetonas son producidas por la cetosis, no se encuentran en el torrente sanguíneo, sino que la mayoría es eliminada en la orina.
El mecanismo de este metabolismo MCT-cetona parece ser que el cuerpo trata los MCTs como un carbohidrato y no como una grasa. Esto permite que la energía cetónica llegue al torrente sanguíneo sin causar el aumento de insulina relacionado con el consumo de carbohidratos.
Así que en efecto, el aceite de coco actúa como un carbohidrato cuando se trata de combustible para el cerebro.
Los niveles terapéuticos de MCTs que se han estudiado son de 20 gramos al día. De acuerdo con los cálculos de la Dra. Newport, tan sólo dos cucharadas de aceite de coco (cerca de 35 ml o siete cucharaditas) le brindaría el equivalente a 20 gramos de MCT, cantidad indicada como medida de prevención en contra de las enfermedades neurológicas degenerativas o como un tratamiento para un caso ya establecido.
Sin embargo, hay que recordar que las personas toleran el aceite de coco de forma diferente y por lo que se debe comenzar poco a poco hasta alcanzar los niveles terapéuticos. La recomendación es comenzar con una cucharadita por las mañanas con el desayuno. Y poco a poco ir añadiendo más aceite de coco hasta que se sea capaz de tolerar las cuatro cucharadas.
El aceite de coco se asimila mejor con los alimentos para evitar malestar en el estómago.
De acuerdo con un pequeño estudio finlandés recientemente publicado en la revista Neurology, las personas que consumen alimentos ricos en B12 también podrían reducir su riesgo de Alzheimer en un futuro. Por cada aumento de unidad en el marcador de vitamina B12 (holotranscobalamina), el riesgo de desarrollar Alzheimer se redujo un 2%.