Desde mi punto de vista, como docente he podido observar que estos se han ido perdiendo con el paso del tiempo, ya que una gran parte de los niños y niñas, dejan entrever, en muchas ocasiones, la ausencia de estos principios y valores con hechos como: mal comportamiento, palabras descompuestas, señales y gestos obscenos, agresiones verbales, acciones violentas hacia sus compañeros y en ocasiones hacia sus propios maestros y maestras.
De manera que, pienso que el padre, la madre o tutor, debe dar seguimiento a la educación de sus hijos e hijas, visitando el centro educativo donde estos estudian, acercándose al maestro o maestra de ellos, con la finalidad de observar su comportamiento y tomar los correctivos de lugar, para que así el niño o niña pueda tener mejor rendimiento académico.
Con este accionar, pueden contribuir al proceso de formación y educación de sus hijos e hijas.
(Docente Escuela Anacaona Vallejuelo)
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