La motivación es el motor que nos impulsa cuando queremos
lograr un objetivo en nuestra vida. Es el motivo o la razón que provoca la
realización o la misión de una acción.
Eso es lo que debemos hacer con nuestros niños/as en el aula cuando nos
proponemos lograr un objetivo, ya sea
aprender a leer, a escribir o a modificar la disciplina.
Si en cada una de sus actividades diarias se mantiene la motivación continua, siempre vamos a tener resultados excelentes. Cuando el maestro está pendiente de todo lo que hacen sus alumnos, dándoles importancia a su trabajo, sea cual sea el resultado.
Es ahí cuando entran las palabras motivadoras; Como !Que
bien lo hiciste, lo lograste, excelente, tu puedes, estás mejorando, has
avanzado.
Es por eso que tenemos que conocer a nuestros alumnos, saber
en dónde o con quien viven, para entonces darle la ayuda y motivación adecuada.
La motivación no debe ser solo del maestro, las familias
también juegan su papel.
Cuando el alumno tiene en la casa quién vigile su trabajo
siempre estará motivado a realizar sus actividades con responsabilidad,
procurando que todo le salga bien.
No deja de ser importante la motivación del director, psicólogo/a, orientador/a, coordinador/a,
especialmente con aquellos niños/as que presenten situaciones problemáticas
familiares.
Altagracia
Martínez Morillo.
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