El dominicano es el único ciudadano del mundo que no puede vivir sin política, religión ni deportes. El juego de pelota nos lo tomamos muy en serio y la política la vemos cómo un juego.
La la serie regular de la pelota invernal está más pegada que un merengue de “perico ripiao”. Cinco equipos pelean a vida o muere su importante clasificación a todos contra todos. Al parecer Los Toros están cogidos por los cuernos. Aunque todo el mundo sabe que una serie sin Tigres y Águilas es como un río sin agua.
El panorama político está color de hormigas. En el lado A tenemos a un Papá octogenario que no asume el relevo, carismático, humorista y con buen asiento en la base Popular. Sumado a que el 30% de los votantes no se acuerda de la crisis del 2003. Y otro 40% de los votantes que lo recuerdan como el amigo del campo y agricultores. Y bien es cierto que había mucha comida aunque no teníamos gas para cocinarla. De este mismo lado se encuentra el joven intelectual y de buenos valores familiares, aquel que llevo un partido de cero a treinta y cinco por ciento. Pero carece del carisma Popular de Papá y un trabajo sólido en la base del pueblo. No tienen un currículum como político. Sin colas que le pisen surge la pregunta honesta de si mantendrá su popularidad para enfrentar a un Papa que tiene un año en las calles?
En el lado B tenemos la guerra de titanes entre un viejo León que parece está perdiendo el título de Rey de la Selva. Quien posee la antorcha siempre ha mantenido la “cara de yo no fui”. La ñoña tricolor no la entregó en el 2016 y tal parece que en el 2020 se quiere quedar con ella.
Las primarias abiertas y la reelección mantienen en “jaque mate” la unidad indivisible del partido de Don Juan. Juan Bobo y Pedro Animal se quieren montar al mismo tiempo en la “Mañosa” y con a penas “Dos pesos de agua” no sabemos quién de los dos sabe nadar.
Leonel y Danilo están unidos por un mismo viaducto: la justicia secuestrada, funcionarios corruptos e impunidad. Hay una oposición crítica a la figura de Leonel e intolerante al silencio de Danilo. Si se rompe la taza morada a quien seguiría la aguerrida oposición. Apoyar a Leonel para frenar una tercera repostulación de Danilo o apoyar a Danilo para evitar el resurgir de la tumba a un Leonel muerto por el Quirinazo y criticado por el apoyo a sus hijos paridos de las entrañas: Felix, Victor Rúa y otros bastardos. Una salida estratégica sería un tercer candidato que una Leonel y Danilo.
En el equipo C, tenemos a un sonriente Miguel Vargas Maldonado, del cual se puede resumir en diez epítetos:
1. Es un patán, maquiavélico y dictador que ha usado las artimañas y los malos negocios para mantenerse en el poder.
2. Corrupto y corruptor que desde la oposición hasta las migajas del poder negocia con sus enemigos y vende su alma al diablo con tal de conseguir dinero fácil.
3. Es más grande que Juan Bosch, fundador del partido y que el social demócrata Peña Gómez. Modificó los estatus de Bosch para permitirse sin el voto popular una extensión de su mandato al frente de la presidencia del partido y modificó los estatutos de Peña para ser presidente del partido y candidato presidencial al mismo tiempo.
4. Pichón de dictador anti democrático que ha usado la fiereza y el dinero para mantenerse en el poder.
5. Busca cheque por encima del interés nacional.
6. Ambicioso y detractor. Llevó el Glorioso PRD a un 5% .
7. Pactó la corbata azul con la cual le dio cuatro años más a Leonel y el pacto sin corbata en el que le permitió a Danilo 8 años.
8. Ha ganado miles de millones de pesos a beneficios de obras construidas al estado domicano.
9. Hizo de cancillería una pocilga para beneficiar familiares y amigos.
10. Su nombre será inscrito en él libro de los tiranos y traidores como Santana, Lilis y Trujillo.
Hay alguien que nunca lo perdonará: la historia.
Será juzgado como un maldito, Judas, Barrabás.
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