Cuando el obrero y el patrón se unen ¿qué puede suceder?
El Minerd es el patrón y la ADP es el obrero. Este decenio han estado unidos por la dorsal en una misma vértebra como niños siameses. Esta unión les ha permitido encestar la pelota en cualquier lado de la cancha sin que ni el uno ni el otro se inmute en una firme defensa. En la era educativa de Danilo, entre Camacho e Hidalgo, el Patrón ha implementado una serie de políticas educativas que sin entrar en cuestión de las mismas, bien pudieron ser razonadas, socializadas y mejoradas para lograr lo que él mismo Patrón ha llamado “Revolución Educativa”. Del otro lado como el Lázaro que come un poco de las migajas del rico Epulon, desde el 2013 hasta la fecha se ha logrado un aumento superior al 100% del salario bruto del maestro [en 2012 el salario de básica era de 17,200 pesos y en 2018 es de 38,400 pesos). Y si añadimos la aplicación de la Evaluación de Desempeño se suman entre 7,800 y 12,800 pesos. Esto pudiera decir que un maestro que ganaba 17, 200 en el año 2012, ahora gana entre 46,000 y 50,000 pesos. El maestro de secundaria le sumamos entre los 9,000 y 14,000 pesos más que al de primaria . Es decir que un maestro de secundaria que ganaba 21,400 pesos en el 2012 ahora gana entre 54,000 y 60,000 pesos.
El Obrero ha sido beneficiado económicamente por el Patrón. La amistad entre el Obrero y el Patrón se ha traducido en reivindicación salarial para el obrero de abajo. Entre el Obrero y el Patrón hay un personaje intermedio que es el Capataz. El Capataz no es Obrero ni es Patrón, está en medio de los dos. El Capataz ha sido un buen negociante con el Patrón. Aquí es donde entra el juego entre la partes. La ADP es el Capataz, este Capataz se ha mantenido defiendo más los intereses del Patrón que los del Obrero. Ha buscado sus intereses por encima de los del Obrero. Para el obrero suena interesante y atractivo su mejora salaria, acomodar algunos de ellos y hasta cierto punto, cubrirle algunas faltas, permitirle ausentarse de la finca, hacer paros, etc. En cambio el Capataz comparte la mesa con el Patrón, obviamente dejando caer algunas migajas para el harapiento Lázaro.
Con la gestión de Pimentel y la de Amarante, el Capataz estaba sentado en la mesa del banquete, disfrutando como un hijo más de la casa. Y mientras esto sucedía, al Capataz no le importaba la suerte del Obrero. Tampoco al obrero le importaba su propia suerte. Pero ahora vino un Patrón que no desea al Capataz sentado en su casa. El Capataz que siempre estuvo del lado del Patrón, ahora busca fuerza y apoyo en el Obrero a quien por años venía pegando el látigo. El Capataz busca recobrar sus fuerzas con la ayuda del Obrero.
El Capataz no tiene fuerza moral para enfrentarse al Patrón, pero tampoco lograr reunir la fuerza del Obrero ya que éste ha perdido la confianza en su Capataz como mediador con el Patrón.
La ADP va precipitada “jarda abajo” hacia su autodestrucción. Usaron y abusaron de un poder absoluto y ahora como a Goliat, David entrega su cabeza al Rey.
Actualmente la única fuerza que tiene la ADP es la fuerza económica, fruto del descuento del 1% del salario de cada maestro. El ministro Navarro habla de la modificación de la Ley 66-97. En una nueva ley de educación el Minerd no puede ser agente de retención de dinero de ninguna institución y por ende si le se quita la fuerza económica al Capataz, entonces el Patrón y el Obrero negociarían directamente. Lo mejor ante todo es que cambiemos de Capataz y tengamos un Capataz que no desee estar sentado en la mesa del Patrón, sino que esté en el campo junto al Obrero, con las manos sucia, pero con la conciencia tranquila.
Por: Moisés Corcino V
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