EUROPA
PRESS
MADRID
Nuevas
excavaciones en la cueva Panga ya Saidi (Kenia) revelan innovaciones culturales
tempranas, en la secuencia arqueológica más larga en el este de África durante
los últimos 78,000 años.
La
evidencia de cambios culturales graduales no respalda las revoluciones
dramáticas, y a pesar de estar cerca de la costa, no hay evidencia de que los
humanos estuvieran utilizando "autopistas" costeras para las
migraciones, según un el nuevo estudio liderado por el Instituto Max Planck
para la Ciencia de la Historia Humana.
Un grupo internacional e interdisciplinario de académicos
que trabajan a lo largo de la costa de África oriental descubrieron un
importante sitio de cuevas que registra actividades sustanciales de
cazadores-recolectores y, más tarde, de comunidades de la Edad de Hierro. La
investigación ambiental detallada ha demostrado que las ocupaciones humanas
ocurren en un ecotono de pastizales forestales tropicales persistentes,
agregando nueva información sobre los hábitats explotados por nuestra especie,
e indicando que las poblaciones buscaron refugio en un ambiente relativamente
estable.
Antes de esta excavación en una cueva, había poca
información disponible sobre los últimos 78.000 años de la costa de África
Oriental, con la mayoría de las investigaciones arqueológicas enfocadas en el
Valle del Rift y en Sudáfrica.
LOS HUMANOS VIVIERON EN EL BOSQUE COSTERO HÚMEDO
Un estudio interdisciplinario a gran escala, que incluye
análisis científicos de plantas arqueológicas, animales y conchas de la cueva,
indica una gran perseverancia en los ambientes de bosques y pastizales.
Como el entorno de la cueva sufrió poca variación con el
tiempo, los humanos encontraron el sitio atractivo para la ocupación, incluso
durante períodos de tiempo en que otras partes de África hubieran sido
inhóspitas. Esto sugiere que los humanos explotaron el entorno de la cueva y el
paisaje a largo plazo, dependiendo de los recursos de plantas y animales cuando
los paisajes circundantes más anchos se secaron.
El entorno ecológico de Panga ya Saidi es consistente con la
creciente evidencia de que el Homo sapiens podría adaptarse a una variedad de
ambientes a medida que se movían por África y Eurasia, sugiriendo que la
flexibilidad puede ser el sello distintivo de nuestra especie. Homo sapiens
desarrolló una gama de estrategias de supervivencia para vivir en diversos
hábitats, incluidos los bosques tropicales, las zonas áridas, las costas y los
ambientes fríos que se encuentran en las latitudes más altas.
Herramientas de piedra cuidadosamente preparadas de la Edad
de Piedra Media han sido halladas en depósitos que datan de hace 78,000 años,
pero un cambio distintivo en la tecnología a la Edad de Piedra Posterior se
muestra por la recuperación de pequeños artefactos cuya producción empezó hace
67.000 años.
La miniaturización de herramientas de piedra puede reflejar
cambios en las prácticas y comportamientos de caza. La secuencia de Panga ya
Saidi después de entonces, sin embargo, tiene una combinación de tecnologías, y
no se puede detectar una ruptura radical del comportamiento en ningún momento,
argumentando en contra de las "revoluciones" cognitivas o culturales
teorizadas por algunos arqueólogos.
Además, no ocurre una ruptura notable en la ocupación humana
durante la súper erupción volcánica Toba de hace 74,000 años, apoyando puntos
de vista de que el llamado 'invierno volcánico' no condujo a la casi extinción
de las poblaciones humanas, aunque signos de mayor intensidad de ocupación hace
60.000 años sugieren que las poblaciones aumentaban de tamaño.
La profunda secuencia arqueológica de la cueva de Panga ya
Saidi ha producido un nuevo y notable registro cultural que indica la
complejidad cultural a largo plazo. Entre los artículos recuperados se
encuentran huesos incisos y trabajados, las cuentas de cáscara de huevo de
avestruz, las cuentas de conchas marinas y el ocre trabajado.
El investigador principal del proyecto y Director del
Departamento de Arqueología en el Instituto Max Planck para la Ciencia de la
Historia Humana, Nicole Boivin, afirma: "El interior costero del este de
África y sus bosques han sido considerados por mucho tiempo como marginales
para la evolución humana, por lo que el descubrimiento de la cueva de Panga ya
Saidi ciertamente cambiará las opiniones y percepciones de los
arqueólogos".
FUENTE: Listín Diario
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