SANTO DOMINGO ESTE. Euris, Ana y María tienen en común que
son ingenieros civiles. El primero se graduó en el 2015 y no ha ejercido por
falta de un empleo o contrato, las últimas han trabajado en sus áreas de
formación pero tienen tres años desempleadas y dos hijos que mantener, en el
caso de la segunda.
Ellos formaron parte de las más de 1,000 personas que
asistieron ayer a la jornada de empleos convocada por el Ministerio de Trabajo
y el Ayuntamiento Santo Domingo Este, como parte de un acuerdo.
Otras como Rosaura y Leidy también fueron a la feria de
empleos, pero no habían definido el área específica en las que deseaban
trabajar.
Ellas estudian educación inicial y se enteraron por un
anuncio en el internet y por “radio bemba” de las ofertas de empleos, pero
desconocían que se especificaba que era para ingenieros, arquitectos,
electricistas albañiles, ayudantes de albañiles e instaladores de sheetrock,
personal de seguridad, entre otros, en lo que no estaban los de docentes.
Ellas solo reaccionaron al llamado de empleos, porque la
necesidad de conseguir un trabajo para pagar sus estudios y contribuir con el
gasto familiar es lo que les importa.
Desde las 6:00 am, cientos de personas aplicaron por uno de
los 800 empleos que ofertaron cuatro empresas de las áreas de seguridad, call
center y constructoras, supervisadas por el Ministerio de Trabajo y la
alcaldía del municipio, en la primera feria de empleos celebrada en exclusiva
para los habitantes de la zona oriental.
En el municipio, el desempleo es el tercer problema más
grave que enfrentan sus residentes, superado por la delincuencia, dijo el
alcalde Alfredo Martínez, basado en los resultados de una encuesta que se hizo
hace un tiempo.
Había personas de todas las edades, aunque predominaron
jóvenes que buscaban reinsertarse al mundo laboral o de su primer empleo. El
proceso, que se desarrolló de forma organizada, consistió en que a los
convocados se les entregaba un formulario que debían llenar con sus datos
personales y el área donde les interesaba laboral.
A las personas que cumplían con uno de los perfiles de
puestos, las empresas interesadas los entrevistaban y al final se les informaba
que serían contactados si resultaban elegidos.
Con esa esperanza fueron abandonado el lugar y ahora solo
les queda rezar para que Dios les conceda el empleo, como dijo Leidy.
Fuente: LISTÍN DIARIO
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