Varias grandes compañías aéreas anunciaron ayer que suspenden sus vuelos a China , una decisión que refleja el miedo a la expansión del coronavirus y que ilustra los efectos que empieza a tener la epidemia en importantes sectores económicos.
Mientras tanto, un número creciente de países –entre ellos, España– están repatriando a sus ciudadanos de Hubei, la provincia más afectada por la infección, y les mantienen bajo control a la espera de comprobar si son portadores del virus.
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