«Cría cuervos y te sacarán los ojos», así es como conocemos el refrán popular que viene a decir que a veces las obras bienintencionadas pueden llegar a pagarse con ingratitud. Este mismo dicho puede aplicarse a la crianza de los niños y los límites que los padres imponen, o más bien, dejan de imponer.
Son muchos los interrogantes y dudas que aparecen a la hora de educar, así como las diferentes emociones que aparecen durante el proceso, especialmente a la hora de marcar límites. Es habitual que muchos padres tengan dudas y puedan llegar a sentirse «malos padres» al tomar decisiones que conllevan establecer normas y pautas de crianza.
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