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CHINA CREÓ UN SISTEMA A PRUEBA DE FALLOS PARA RASTREAR LOS CONTAGIOS PERO FALLÓ

Después del SARS, las autoridades sanitarias chinas construyeron un sistema de reporte de enfermedades infecciosas para evadir la intromisión política. Pero cuando el coronavirus emergió, también lo hicieron los temores de perturbar a Beijing. Por Steven Lee Myers/The New York Times

Algunos médicos revelaron que no estaban seguros de cómo informar de los primeros casos, ya que no encajaban en la lista estándar de infecciones (China Daily via REUTERS)
Personal médico en trajes de protección trata a un paciente con neumonía causada por el coronavirus en el Hospital Zhongnan de la Universidad de Wuhan, en Wuhan, provincia de Hubei (China Daily via REUTERS)

El sistema de alarma estaba listo. Asustada por la epidemia de SARS que estalló en 2002, China había creado un sistema de notificación de enfermedades infecciosas que, según los funcionarios, era de clase mundial: rápido, completo y, lo que es igual de importante, inmune a las intromisiones.

Los hospitales podían introducir los datos de los pacientes en una computadora y notificar instantáneamente a las autoridades sanitarias del gobierno en Beijing, donde los funcionarios están capacitados para detectar y sofocar los brotes contagiosos antes de que se propaguen.

No funcionó.

Después de que los médicos de Wuhan comenzaran a tratar grupos de pacientes afectados por una misteriosa neumonía en diciembre, se suponía que la notificación era automática. En cambio, los hospitales remitieron a las autoridades de salud locales que, por una aversión política a compartir malas noticias, ocultaron la información sobre los casos al sistema nacional de información, manteniendo a Beijing en la oscuridad y retrasando la respuesta.