Roma .- Las peluquerías y centros estéticos de toda Italia protestan al unísono al haberse quedado fuera de las aperturas de las actividades durante el mes de mayo y tener que esperar al 1 de junio para poder abrir, como decretó el Gobierno en su plan de desescalada de las medidas contra la pandemia del coronavirus.
Tras anunciar el domingo por la noche el calendario el primer ministro italiano, Giuseppe Conte, los peluqueros y peluqueras, y propietarios de centros estéticos se lamentaron en las redes sociales de su exclusión, y advirtieron de que muchos de ellos estarán abocados a cerrar definitivamente al no poder afrontar un nuevo mes.
«Es necesario repensar de inmediato la agenda e intervenir urgentemente en el apoyo económico» a este sector, escribió hoy en un comunicado la Unión de Artesanos de Milán y Monza-Brianza, que engloba al sector,
El secretario general de la Unión de Artesanos, Marco Accornero, apuntó que «se está penalizando innecesariamente a este sector. No podemos entender que necesidad hay en obligar a miles de peluqueros, barberos y esteticistas a mantener el cierre cuando pueden atender con dispositivos (mascarillas y guantes) y recibir un cliente a la vez con cita previa, desinfectando las instalaciones a menudo».
«Serían las mismas condiciones que ocurrirían para otras actividades para las cuales ya se ha otorgado un reinicio desde el 4 de mayo», añadió.
Accornero destacó que, además de tener que afrontar gastos fijos como alquileres y facturas, este sector está además penalizado «aún más por la competencia desleal y desenfrenada de los ilegales que están acudiendo a los domicilios de los particulares».
La situación es muy grave en el sector de la estética. O se les permite reabrir la próxima semana con reglas estrictas o es necesario intervenir urgentemente con medidas concretas de apoyo económico», sostuvo.
Al margen de la proliferación de bromas y comentarios en las redes sociales sobre el cierre de las peluquerías que hicieron que la etiqueta #parrucchieri (peluqueros) fuera tendencia en Italia en Twitter, muchos advierten de que «las peluquerías realmente corren el riesgo de cerrar y habrá muchas perdidas de trabajos».
Incluso Giorgio Gori, el alcalde de Bérgamo, una de las localidades más golpeadas por la pandemia, lamentó que se abran las actividades, pero «bares, restaurantes y peluquerías permanecen cerradas hasta el 1 de junio».
«Tres meses y medio sin efectivo: ¿pero quién lo puede soportar? Con distancia y capacidad se puede dar a estos operadores la oportunidad de volver al trabajo», subrayó Gori.
Hiro Vitanza, un conocido barbero milanés, colgó en Facebook un vídeo que ha sido compartido por muchas personas en las redes en las que denuncia que el cierre ha provocado que muchos peluqueros ilegales vayan a las casas de los clientes.
Debohra, peluquera del barrio de Borgo Pio de Roma, explicó a EFE: «Estoy muy enfadada después de oír a Conte anoche. No puedo más. No duermo. No sé si resisto otro mes».
Ella ya ha colgado un cartel en su peluquería en la que asegura que puede abrir manteniendo las distancias, y usando guantes y mascarillas.
Sólo espera que, como ha prometido el primer ministro, lleguen las ayudas para los sectores que no han podido abrir aún como la suspensión del pago trimestral del IVA.
Paolo Salomone, dueño de la cadena de peluquerías «Salomón», también se quedó sin palabras frente al discurso de Conte: «Son reglas demasiado rígidas y no muy razonables para nuestro gremio. No se puede decir que cierra solo porque es arriesgado. Podría reabrirse con fuertes restricciones, pero al menos abrir para que podamos sobrevivir».
«La fecha del 1 de junio es una masacre económica, los alquileres de las tiendas continúan pagándose y no llega el fondo de despido para los empleados. Entre mis muchachos hay personas que psicológica y económicamente acusan esta situación, añadió. EFE
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