En su manejo del coronavirus, Alemania ha sido un modelo a seguir que ha causado lo mismo admiración que envidia en todo el mundo.
Con buena razón: La curva se aplanó. La cantidad de personas que se infectan diariamente está estable. La cantidad absoluta de muertes y la tasa de letalidad siguen siendo bajas comparadas con otros países. Además, el factor de reproducción —una métrica clave para medir la propagación del virus— es de alrededor de uno, lo cual significa que, en promedio, una persona infectada solo contagia a otra persona más. La primera ola del virus ya pasó. Alemania, con toda cautela, está reabriendo sus negocios.
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