Luis Elizondo, que dirigía el Programa Avanzado de Identificación de Amenazas Aeroespaciales del Departamento de Defensa de los EEUU, habló con Infobae sobre su tiempo como agente especial en el Pentágono y por qué cree que hay evidencia empírica que hace que sea imposible hoy en día negar que existan fenómenos aeroespaciales inexplicables
El 24 de junio de 1947, el piloto privado Kenneth Arnold volaba a bordo de un CallAir A-2 cerca del Monte Rainier en el estado de Washington, Estados Unidos, buscando una aeronave militar extraviada. Un reporte de Associated Press lo citó asegurando que en aquella expedición había visto volar a gran velocidad nueve objetos brillantes “con forma de platos”. Así los “platillos voladores” entrarían rápidamente en el léxico popular y darían el puntapié inicial al fenómeno de los ovnis, que desde ese momento captura el interés de millones de personas alrededor del mundo.
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