Un virus de consecuencias planetarias y alto impacto psicológico, cultural, social y hasta político irrumpió en la escena a comienzos de la década del 80. El duro camino hacia la prevención y la cura
En una conferencia en la Universidad de Ginebra, Suiza, en 2018, el profesor Bernard Hirschler llamó “Los años sombríos” a la primera etapa de esta epidemia. Nunca mejor dicho.
Hace casi cuatro décadas, el mundo asistía, entre espantado e incrédulo, a la emergencia de una rara “peste” que parecía ensañarse casi exclusivamente con un sector muy definido de la población: los varones homosexuales. De hecho, una de sus denominaciones tempranas fue gay cáncer.
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