En el país hay cerca de 325 mil trabajadoras domésticas que constituyen el 5.6% de la mano de obra ocupada
Llevar comida a la mesa se ha vuelto cada vez más difícil para Magaly Herrera, una trabajadora doméstica soltera con tres hijos, que fue despedida por su empleador a principios de marzo, cuando el coronavirus comenzó a propagarse en el país.
Ocasionalmente, lava ropa y plancha para algunos vecinos que conocen su situación. “No me alcanza para mucho, pero es mejor que nada. Lo importante es que mis muchachos no se mueran de hambre encerrados en la casa”, manifestó Herrera, de 39 años, quien desde los 17 se dedica a brindar estos servicios.
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