El gobierno de Sebastián Piñera comenzó el reparto de 2,5 millones de cajas de ayuda después de que se reanudaron los saqueos y las manifestaciones con carteles diciendo “tenemos hambre”.
En abril ya había habido protestas en la Plaza Italia, el epicentro de las enormes movilizaciones de fines del año pasado que fue rebautizada como Plaza Dignidad por los manifestantes. “El sistema chileno es más cruel que el coronavirus”, “El Piñeravirus es más mortal que el coronavirus”, decían los carteles pintados a mano que quedaron colgados de la estatua del general Baquedano. Y con ellos el regreso de los “guanacos” (carros lanza agua), los “zorrillos” (que lanzan gases lacrimógenos) y los piedrazos.
A pesar de la emergencia sanitaria, la imagen se repitió en otras capitales regionales, como Antofagasta, Concepción y Valparaíso, donde también se levantaron barricadas. Era el 26 de abril, la fecha original programada para la realización del plebiscito que busca cambiar la Constitución heredada del régimen pinochetista. Había sido la principal reivindicación de las protestas. Con la llegada del coronavirus, a mediados de marzo, la agenda que buscaba descomprimir la tensión social pasó a segundo plano y el referendum fue postergado para el 25 de octubre. Una fecha que el propio Piñera también puso en duda. “Quizás la recesión económica va a ser tan grande, que esto es un tema que quizás se va a volver a discutir”, dijo en una entrevista con CNN.
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