Desde África hasta China, pasando por India, una pequeña parte del mundo tuvo el privilegio de asistir furtivamente, en pleno solsticio de verano, a un eclipse solar excepcional del tipo “anillo de fuego”.
Este fenómeno astronómico, que sólo se produce una o dos veces al año, empezó poco después de la salida del sol en el centro del continente africano, atravesando la República Democrática del Congo, Sudán del Sur y el norte de Etiopía. Luego avanzó hacia Asia y terminó en el océano Pacífico, en el sur de la isla de Guam, a las 09.32 GMT.
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