El temor y la ansiedad , con respecto a la pandemia, y lo que podría suceder resultan abrumadores y generan emociones fuertes tanto en adultos como en niños.
Tras el confinamiento, hay personas que están padeciendo depresión, crisis de pánico, miedo, ansiedad, etc
Luego de casi tres meses de cuarentena comenzamos a salir e interactuar con más personas, a reorganizar nuestras vidas en un intento de volver a lo que éramos y hacíamos antes. “Hemos cambiado, nuestras vidas, la forma de compartir, la forma de ser individual y colectiva, la manera de caminar y de pensar ha cambiado para todos, aunque muchos todavía no lo hayan notado. Nos hemos vuelto más distantes, cautos, cuidadosos de nosotros mismos, evitativos... Nos hemos dado cuenta de lo frágiles, vulnerable y poco previsores que podemos ser”, explica la psicóloga Nathalie Bello.
Ahora luchamos con el síndrome de la cabaña, (son esas personas que por un motivo u otro prefieren permanecer en la “seguridad” que sienten en un lugar cerrado o aislado del mundo exterior y les produce una cantidad de síntomas el solo imaginar tener que salir de allí), cuenta Bello. “Ansiedad producto de no saber o tener seguridad de cuándo terminará la pandemia y cómo será todo en lo adelante. Depresión por el aislamiento y el tiempo transcurrido en contra de su voluntad, por proyectos perdidos o retardados, por relaciones que entraron en una fase crónica de problemas, por decisiones tomadas, por seres queridos y amigos perdidos en estos tiempos donde tuvieron que estar solos, por realidades vividas que les hicieron darse cuenta de lo que estaba mal en lo personal, en sus relaciones de pareja y familiar, por una economía en deterioro, etc”, señala Bello.
Añade, que también hay quienes están sufriendo en crisis de pánico, palpitaciones, miedo, sudoración, al pensar, o tener que salir de nuevo a su covidianidad. Y están los que como una forma de evitar su realidad, preferirán permanecer en cuarentena porque no tienen claro a dónde van, qué hacer o qué camino tomar para volver a ser parte de una sociedad que les exige constantemente ser competitivos. “Es el momento de reestructurarnos, rediseñar, reconstruir nuestra vida, nuestro entorno y salir del estado de catatonia que nos mantuvo durante todos esos meses. Es el momento de hacer planes a corto plazo, de poner en práctica todo lo aprendido y las experiencias que nos dejó la pandemia”, puntualiza la psicóloga.
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