Política y fútbol ayudaron a conservar las dunas del primer espacio protegido local
Existe un viejo principio sobre la conservación de la naturaleza que se cumple casi siempre, el que dice «la naturaleza no necesita que le echemos una mano, con que se la saquemos de encima suele ser suficiente». Lo recordamos hoy porque al fin, tras un largo proceso, el sistema dunar de O Vao y Baluarte ya están en la recta final para ser nuestro primer ENIL (Espacio Natural de Interés Local). Es una buena excusa para recordar cómo llegamos a esta excelente noticia, que aunque con su inevitable gusto por las hipérboles calificaba el alcalde esta semana como «El arenal y la duna del Vao es de las más importantes de Europa». Contextualicemos la frase en un exceso de entusiasmo directamente proporcional al desconocimiento de lo que dice pero no por ello deja de ser en justicia algo digno de felicitar al gobierno municipal. Pero como decíamos, esta magnífica noticia comenzó a gestarse mucho tiempo atrás.
Podemos utilizar como indicador de esta evolución el número de especies de flora y fauna. A mediados de los años 70 del siglo pasado, los pocos censos, muy incompletos, de la zona, citaban apenas unas 50 especies de flora y una veintena de fauna. Parece poco, pero comparativamente con el resto del litoral vigués, en el que la destrucción sistemática de los arenales a base de carreteras, cemento, paseos marítimos, aparcamientos y urbanizaciones de todo tipo, estaba en su apogeo, era un oasis. Paradójicamente O Vao era un ejemplo de una simbiosis sin pretenderlo entre fútbol y conservación de la naturaleza.
Los campos de fútbol playa impulsados por el concejal Leri impidieron que esa zona fuera una urbanización. Con el declive de los campeonatos de playas llegó el momento de una decisión crucial ¿qué hacer en ese espacio? Teníamos dos opciones, seguir con campos de fútbol (que defendía Leri) o humanizar la zona como Samil, losetas y piscinas incluidas, que defendía el edil Arca. Anotemos el mérito del entonces alcalde Carlos Príncipe que, adelantándose a su tiempo, decidió con no pocas discusiones la valiente opción de apostar por su recuperación ambiental. Era 1992. Apenas unos años después, simplemente dejando que la naturaleza hiciera su trabajo y con el esfuerzo de asociaciones como Fontaíña y Erva, el censo de flora y fauna aumentó a las 126 especies de plantas y 46 de aves. Fruto de ese trabajo de tantos años, hoy ya contamos con 220 especies registradas y el ecosistema dunar aumentó en volumen y altura, aspecto muy importante pues representa el reservorio de arena que alimenta la playa.
Esta semana empieza el período de exposición pública final para la declaración formal de este primer espacio protegido local. Para ello se establecen zonas con distintos niveles de protección: las zonas de reserva (las que actualmente ocupa la vegetación dunar) que serán estrictamente protegidas, y zonas de amortiguación en las que algunas actividades humanas serán permitidas y otras limitadas, respetando los usos tradicionales y la actividad extractiva en el banco marisquero anexo marcando, eso sí, límites de impacto y sustentabilidad ambiental. Las medidas de protección que determinarán las actividades prohibidas se refieren lógicamente al ámbito marítimo y terrestre, pero con buen criterio se añade el espacio aéreo, algo que tiene mucho sentido cuando la conservación de las aves es uno de los objetivos. De esta forma el uso de drones, la práctica de kite surf y el vuelo de cometas pasan a ser actividades no autorizadas. El proyecto, que reiteramos su buena orientación, peca de falta de ambición territorial y una contradicción ecológica en cuanto a conectividad de ecosistemas.
El ENIL debería incluir las playas de Foz y A Calzoa, tanto por sus ecosistemas similares en importancia y con las mismas amenazas y necesidad de protección, como su relevancia como refugio de aves, como el Concello de Vigo las identificó en su día. Esa será nuestra alegación. Algún día empezaremos en serio a hacer lo propio en Samil. Y recordemos que en breve tendremos otra gran noticia en Playa América, ya que el Concello de Nigrán está en el mismo proceso de recuperación de sus dunas, pendiente también de la concesión de su ENIL.
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