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DE VIVIR EN UNA TRIBU EN MEDIO DE LA SELVA A TRANSFORMARSE EN EL BASQUETBOLISTA MÁS ALTO DE LA NBA: LA INSPIRADORA VIDA DE MANUTE BOL

Vivía con sus 2m31 metros entre los Dinka hasta que descubrió el básquet. La cinematográfica experiencia hasta llegar a la NBA (¿jugó con más de 50 años de edad?). Cómo usó su fama y millones para lograr la independencia de Sudán del Sur. Estuvo preso y hasta entregó su salud por un sueño. Hoy su hijo sigue su legado en Denver

Por Julián Mozo


Manute, que estuvo cerca de jugar en la Liga Nacional de Argentina con la camiseta de Ferro, en su Sudán natal: compartió el rótulo de "techo" de la NBa junto al rumano Muresan (AFP PHOTO/PETER MARTELL)
Manute, que estuvo cerca de jugar en la Liga Nacional de Argentina con la camiseta de Ferro, en su Sudán natal: compartió el rótulo de "techo" de la NBa junto al rumano Muresan (AFP PHOTO/PETER MARTELL)


Las interminables piernas y brazos de Manute parecieron achicarse del susto cuando, en la zona selvática donde vivía en Turalei, un león apareció de la nada y se devoró una de las vacas que él estaba cuidando. La tarea de Bol, a esa temprana edad, era resguardar y trasladar el ganado de la aldea dinka, un pueblo trashumante que vivía en el medio del campo y se dedicaba básicamente a la ganadería. Por eso, en los días venideros, asegura haber llevado consigo una lanza, por las dudas.

Hasta que el destino volvió a cruzarlos, esta vez –por suerte- mientras el felino dormía plácidamente bajo un árbol. El gigante, entonces, decidió acercarse sigilosamente y arrojar la lanza lo más fuerte posible. Así, siempre siguiendo su relato, mató al león… Cuando volvió a su pueblo, el entonces adolescente de 15 años eligió una mentira piadosa para agrandar la leyenda y ganarse el respeto de los adultos. Aseguró que había enfrentado cara a cara al Rey de la Selva, ganando la batalla con sus propias manos. Ya de más grande, sobre todo en la NBA, Bol contó una y otra vez la anécdota. “Es verdad, siempre lo hacía. Pero yo creo que no lo mató con una lanza sino con uno de sus tiros libres”, fue la reacción de Jeff Ruland, su compañero en Washington Bullets, apelando al mismo sentido del humor de Bol. Más allá de la veracidad o precisión, la historia resume lo que fueron aquellos primitivos años de su vida, muy lejos de lo que en occidente conocemos como civilización…



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