Comenzando con una solución del polímero, el equipo lo convirtió en robustos tapetes a través del electrospinning, una técnica que implica hacer pasar el fluido a través de un campo eléctrico, y que hemos visto usar para crear todo, desde tampones disolventes que protegen contra el VIH hasta nuevas cápsulas para suplementos alimenticios para la salud.
En este caso, permitió al equipo convertir la solución polimérica en una alfombra altamente porosa con una superficie de 565 metros cuadrados por gramo de material. También se integraron en la estructura grupos de trifluorometilos que repelen el agua, lo que permite que el material absorba de forma eficiente líquidos como el petróleo, mientras rechaza el agua circundante.
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