La construcción comenzó a inicios de junio, con la meta de terminar dentro de dos años sus 1,460 kilómetros de extensión
Representantes indígenas cuestionaron el proyecto del Tren Maya dos meses después del arranque de la obra, defendida por la ONU y el Gobierno mexicano como una promesa de desarrollo para el sureste del país.
En el primer conversatorio de "Voces de los pueblos indígenas y el Tren Maya", organizado por la ONU, habitantes originarios criticaron el proceso de consulta y la inversión de más de USD 5,000 millones en una megaobra en una región marginada.
"No podemos construir un tren cuando no tenemos acceso a la salud, a vida una libre de violencia, a la educación, no podemos traer infraestructuras cuando todavía no tenemos consolidadas ni tenemos acceso a ellas", argumentó Dulce Pat Puc, de la Coordinadora de Mujeres Mayas de Quintana Roo.
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