En 2018, los científicos japoneses hicieron un gran descubrimiento, una bacteria con un apetito natural por los plásticos PET. Esto planteó la posibilidad de una solución de bajo coste para algunas de las formas más comunes de contaminación plástica, y ahora estos científicos han usado esta bacteria como la base de una “super-enzima” que puede digerir los residuos plásticos seis veces más rápido.
Conocida como Ideonella sakaiensis, la bacteria descubierta por los científicos del Instituto Tecnológico de Kyoto hace un par de años mostró una notable capacidad para usar los plásticos PET como fuente de energía.
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