La muerte del kiwi, una enfermedad de causa desconocida, está diezmando la producción en toda Italia.
Según los datos de la FAO, Italia es el segundo productor mundial de kiwi, después de China y antes de Nueva Zelanda. Precisamente por esta razón la llamada “muerte del kiwi” es sumamente alarmante: es fácil comprender que la propagación de esta enfermedad tendrá un impacto significativo en la producción. La muerte del kiwi, que ataca el sistema de raíces de las plantas, ocurrió en la provincia de Verona en 2012 y luego se propagó a otras regiones.
Se desconocen las causas de la enfermedad.
Se están llevando a cabo investigaciones y experimentos para comprender su origen e intentar su curación.
En el Lacio, en el Agro Pontino, que es la zona con mayor número de cultivos (casi 10 mil hectáreas), se han perdido casi 2000 hectáreas de plantación. En Friuli, Lombardía, Emilia Romaña y Calabria la enfermedad avanza inexorablemente. En la zona veronesa, según datos de Confagricoltura, se han afectado 1800 hectáreas de las 2500 que hay aproximadamente; aquí el cultivo de actinidia representa el 80% de la producción regional, y en muchos casos representa la única fuente de ingresos de las explotaciones.
La muerte se extiende rápidamente.
Los primeros síntomas aparecen en junio-julio: el desarrollo de la planta se detiene y luego se seca. Si también florece en la siguiente estación, definitivamente morirá dentro de dos años.
El sistema de raíces aparece fuertemente dañado: las raíces absorbentes (raíces de alimentación) desaparecen, las secundarias se pudren. Las raíces más dañadas son las que se hunden en las capas más profundas del suelo, mientras que las que están en las capas menos profundas mantienen parte de las raíces que se alimentan y que apenas mantienen a la planta viva durante unos meses más.
Se han formulado muchas hipótesis para comprender las causas de la muerte: desde el tipo de irrigación (la irrigación por goteo es la recomendable) hasta las infecciones fúngicas, desde la composición del suelo hasta la crisis climática.
La planta de kiwi es particularmente sensible al estancamiento de agua: las lluvias excesivas concentradas en períodos cortos de tiempo la hacen sufrir. Una serie de causas pero no hay certeza.
Sin embargo, para las nuevas plantas se pueden crear las condiciones ideales para su cultivo. Por ejemplo, para superar los problemas de exceso de humedad en el suelo, se puede adoptar la baulatura (técnica de labranza que crea un perfil convexo en la superficie del suelo) con unos 50 cm. de diferencia entre la cresta y la capa freática; se pueden introducir microorganismos antagonistas en el suelo para aumentar su actividad biológica; se puede tratar de descomprimir el suelo con cultivos de cobertura (cultivos de cobertura que alimentan y protegen el suelo, pero no están destinados a la cosecha).
Fuente: Ecoinventos
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