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PANAMÁ REINTENTA LA NORMALIDAD CON CAUTELA TRAS SEIS MESES DE DURA PANDEMIA


Panamá, EFE.- Panamá entra en su sexto mes de pandemia impulsando la reapertura económica tras la mejora en los indicadores de la COVID-19 con un cauto optimismo de las autoridades, que destacan la buena capacidad hospitalaria para enfrentar eventuales repuntes de casos de la enfermedad.


Con 4,2 millones de habitantes, Panamá acumula 97.043 contagios confirmados y 2.086 muertos por la COVID-19 en 183 días de pandemia, y desde junio pasado ha venido afrontando una desbandada de casos que parece estar amainando, lo que alentó el reinicio del programa gradual de reapertura de la golpeada economía nacional.

Un informe de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) indicó que hasta el pasado 30 de agosto Panamá registró «la incidencia más alta entre los países de las Américas, de 2.176,6 infectados por cada 100.000 habitantes, ocupando esta semana el primer lugar por encima de la tasa promedio para la región de 1.278,7 por 100.000 habitantes».

«La proyecciones son buenas, los números siguen bajando, la capacidad instalada en materia de camas (en los hospitales) es un 50 % a nivel nacional, eso nos da seguridad», dijo el ministro de Salud, Luis Francisco Sucre, mientras repartía esta mañana mascarillas y caretas faciales en una gran estación del Metro de la capital.

Pero si las cifras de contagios «comienzan a subir y se dañan los indicadores, tendremos que aguantar y posiblemente retroceder. Todos los países que abren aumentan un poco los números», señaló Sucre.

ARRANCA UN ESPERADO, Y CRITICADO, NUEVO PROCESO DE REAPERTURA
Desde este lunes pueden reiniciar labores el sector de la construcción y afines, las empresas de la zona económica especial de Panamá Pacífico, situada en las afueras de la capital, las de la Zona Libre de Colón, la más grande del continente, así como sastrerías, zapaterías, modistas y lava autos.

«Lo que se haga en la construcción a partir de hoy nos va a enseñar el camino para la reapertura de otras actividades», afirmó el presidente panameño, Laurentino Cortizo, que pidió a los trabajadores y empresarios del sector «intensificar el uso de la mascarilla, el distanciamiento físico y el lavado de manos».

El presidente de la Cámara de la Construcción, Jorge Lara, dijo que esperan que en las próximas dos semanas se reincorporen paulatinamente unos 15.000 obreros de la construcción, un sector neurálgico de la economía de Panamá que tiene varios años en franco declive.

El cronograma de reactivación que arrancó este lunes establece cada semana la apertura de sectores y el levantamiento gradual de las medidas de restricción a la movilidad hasta llegar al 12 de octubre próximo, cuando se anulará el toque de queda nocturno y se reabrirán la aviación internacional y los hoteles, entre otros.

Pero el sector privado ha criticado el cronograma por encontrarlo muy lento y porque la situación de algunos sectores es tan grave tras casi seis meses cerrado que «no pueden seguir una semana más sin operar», como lo expresó la Cámara de Comercio, Industria y Agricultura de Panamá (CCIAP).

UNA ECONOMÍA QUE HACE AGUA
La economía de Panamá, basada en el sector de los servicios y la logística, caerá este 2020 un 9 % según datos del Gobierno, que espera que la tasa de desempleo escale hasta entre 20 % y 25 % y la de informalidad hasta el 55 %, desde el 7,1 % y 45 % previo a la pandemia, respectivamente.

El Gobierno de Cortizo ha adquirido deuda y recompuesto el presupuesto nacional en busca de fondos para impulsar programas para la micro, pequeña y mediana empresa (Mypime) y para sufragar un plan de ayuda social que reparte un bono de 100 dólares mensuales y bolsas de comida.

Los sindicatos critican la ayuda estatal por considerarla insuficiente e irregular, mientras que analistas aseguran que la necesidad que enfrentan centenares de miles de familias que se han quedado sin sustento o que siempre han dependido del mercado informal ha torpedeado el objetivo de las fuertes y prolongadas medidas de restricción a la movilidad de mantener a la gente en casa.

Pero esta nueva reapertura trae luz a comerciantes como Nuncio Buglione, de 56 años, que este lunes abrió su zapatería en la capital panameña.

«Hemos empezado el día de hoy esperando que las cosas mejoren, que podamos tener un poquito de movimiento» tras más de cinco meses cerrados en los que se han «acumulado deudas (…) esperemos que las cosas puedan ser mucho mejor y que no se eche atrás todo lo que empezamos», le dijo el comerciante a la Agencia EFE.




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