POR ECOINVENTOS
El árbol de argán es una planta que resiste muy bien a las sequías y está adaptada a vivir en climas de condiciones extremas. Así, prácticamente es un árbol de desierto. El aceite, también conocido como “oro del desierto”, se extrae a través de un proceso de secado de los frutos; estos se ponen al sol y, una vez secos, se extrae la semilla de la almendra manualmente y se procede a prensarla en frío.
Se trata de un árbol originario de Marruecos y se puede encontrar, aunque en menor escala, en México, Argelia y en el sur de España. Para los marroquíes, el aceite de argán es lo que para el resto del mundo es el aceite de oliva. La calidad del aceite depende sobre todo del área geográfica donde se ha cultivado, más que de su proceso de elaboración. Sin embargo, independientemente de donde haya crecido, es un aceite con numerosos beneficios.
Propiedades del aceite de argán
El 80% del aceite de argán corresponde a ácidos grasos esenciales y tocoferoles (vitamina E), que son antioxidantes y excelentes reparadores de las células; su elevada cantidad de estos compuestos promueve la conservación natural del aceite.
Otros componentes como beta-carotenos, escualeno y fitoesteroles están presentes en este producto, así como también el gamma-tocoferol. Todas estas moléculas son importantísimas en los procesos de reparación de la piel.
¿Cuáles son los beneficios del aceite de argán?
Gracias a sus propiedades químicas, el aceite de argán ofrece una amplia gama de beneficios:
- Es antioxidante: por su alto contenido en vitamina E, el aceite de argán se ha utilizado innumerables veces en la prevención de arrugas y en tratamientos que están hechos para combatir el envejecimiento.
- Reafirma y suaviza: el aceite de argán brinda una increíble hidratación debido a su contenido en ácidos grasos. Esto causa una restauración de la elasticidad y flexibilidad de la piel, lo que permite rejuvenecerla.
- Reestructura y regenera: propiedades necesarias cuando se necesita tratar cicatrices y quemaduras.
- Medicinal: por todas sus cualidades extremadamente beneficiosas, el aceite de argán se ha utilizado mucho en el tratamiento de afecciones de la piel que no tienen cura, como la psoriasis, la dermatitis y los eritemas cutáneos.
- Es de fácil penetración: por sus características, puede penetrar con facilidad en la piel llegando a actuar en zonas más profundas y haciendo que su efecto sea más potente y duradero.
- Es antiséptico y antifúngico: sirviendo así para eliminar microorganismos y tratar enfermedades ocasionadas por hongos.
El aceite de argán también es apto para el consumo. Al ingerirlo, podemos beneficiarnos de:
- Sus nutrientes: por su alto contenido en vitaminas C y E y otros nutrientes esenciales como los ácidos grasos, que el cuerpo no produce, hacen de este aceite una excelente opción para incluir en nuestra dieta alimenticia.
- Es ideal para el tratamiento de la hipercolesterolemia y las enfermedades cardiovasculares y reumáticas.
- Por su alto contenido de espinasterol, reduce la absorción de colesterol en el intestino, así como también tiene propiedades antitumorales.
- Mejora el funcionamiento hepático
- Permite realizar correctamente la digestión, ya que estimula la producción de pepsina.
¿Qué se puede hacer con el aceite de argán?
En la industria de la cosmética, el aceite de argán es altamente apreciado. Es utilizado ampliamente en la elaboración de cremas corporales debido a sus características de hidratación y suavización de la piel. Su aplicación diaria puede reducir la aparición de estrías y eliminar las asperezas, agrietamientos y durezas de la piel en zonas como los codos, rodillas, manos y talones.
Gracias a la eficacia que el aceite de argán ha demostrado tener en el tratamiento de las arrugas y en la prevención del envejecimiento cutáneo, se han elaborado numerosas cremas para el rostro utilizando al argán como base.
Los productos para el cabello también hacen uso de sus propiedades, ya que el aceite de argán ha mostrado tener efectos muy satisfactorios que prolongan la salud del cabello. Se ha demostrado que ayuda a recuperar la luminosidad, la suavidad y el brillo, así como también ayuda a combatir la caspa y corrige el problema de las puntas abiertas.
Por todo lo expuesto anteriormente, no resulta sorprendente saber que el aceite de argán también se puede utilizar para mantener saludable la barba, ya que favorece su crecimiento, a la vez que la limpia y previene la inflamación de los poros.
Igualmente, mezclando el aceite de argán con unas gotas de zumo de limón también podemos utilizarlo para fortalecer uñas frágiles, además que suaviza las cutículas y les devuelve su brillo natural.
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