Cuando esté completamente operativo, transportará hasta 2.000 toneladas de combustible a una presión de 250 bares. Hará que los planes de Australia de convertirse en el principal exportador mundial de hidrógeno verde se hagan realidad.
Cuando se trata de energía limpia, Australia tiene un sueño: convertirse en el primer y más grande exportador de hidrógeno del mundo.
Y aunque la viabilidad de este plan aún no ha sido probada, muchos proyectos científicos e industriales están trabajando en esta dirección.
Proyectos como el de Global Energy Ventures (GEV), una empresa australiana que se dedica al diseño de buques para el transporte de gas natural comprimido. Basándose en sus conocimientos y experiencia, la empresa ha aceptado un nuevo reto: construir el primer buque de transporte de hidrógeno comprimido del mundo.
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