Quito, EFE.- La Unión Europea informó este miércoles de que ha destinado 100.000 euros (unos 117.000 dólares) para apoyar a las poblaciones más afectadas por la actividad eruptiva del volcán ecuatoriano Sangay, sobre todo en las provincias andinas de Bolívar y Chimborazo.
La oficina de la UE en Quito indicó en un comunicado de que esa ayuda se dio en respuesta a las necesidades humanitarias causadas por la caída de ceniza emanada en las últimas semanas por el Sangay.
La ayuda europea está dirigida a apoyar a la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja (FICR) y a la Cruz Roja Ecuatoriana en la prestación de la asistencia de emergencia necesaria.
Esa entidad ha distribuido kit de salud familiar como mascarillas y otros materiales que tienen como objetivo garantizar que la población cuente con artículos de protección respiratoria y ocular, indicó la UE en un comunicado.
Además, se han entregado insumos para el tratamiento, almacenamiento y buen uso de agua en los hogares, especialmente para el consumo, la preparación de alimentos y la higiene de las familias afectadas.
Esta acción será acompañada con campañas de sensibilización para la prevención de enfermedades provocadas por el consumo de agua contaminada con ceniza y charlas sobre la importancia de una buena cultura de utilización del líquido.
En este proceso, se han efectuado análisis sobre la calidad del agua en las comunidades afectadas de forma permanente y se ha capacitado a operadores del sistema de distribución en técnicas de vigilancia y control, con el objetivo de garantizar un servicio comunitario de distribución seguro y sostenible.
Esta operación, que se ejecutará en un plazo de tres meses, beneficiará directamente a 1.044 familias de 19 comunidades del cantón o municipio de Chillanes, en la provincia de Bolívar, una de las afectadas por la caída de ceniza.
Desde el pasado 20 de septiembre, el volcán Sangay, ubicado en la provincia amazónica de Morona Santiago (sureste), generó una fuerte explosión de gases y ceniza que alcanzó una altura de entre 6 y 10 kilómetros y que, por efecto del viento, se dirigió hacia el sur y el oeste del macizo.
En un primer momento, la UE destinó unos 50.000 euros para apoyar a la Cruz Roja Ecuatoriana en la prestación de asistencia a unas 1.000 familias de la provincia de Chimborazo.
Debido a la acción del viento, la ceniza que permanentemente arroja el volcán aún continúa en el ambiente y ha afectado a otras zonas de la vecina provincia de Bolívar.
La ayuda de emergencia es una expresión de la solidaridad europea con las personas en situación de necesidad en todo el mundo, añadió la UE en su comunicado al precisar que la Unión es el principal donante de ayuda humanitaria en el planeta.
El objetivo de esa ayuda es «salvar vidas, prevenir y aliviar el sufrimiento humano y salvaguardar la integridad y la dignidad humana de las poblaciones afectadas por catástrofes naturales y crisis provocadas por el hombre», precisó la entidad en su escrito.
«Con sede en Bruselas y una red mundial de oficinas sobre el terreno, la Unión Europea presta ayuda a las personas más vulnerables basándose en las necesidades humanitarias», agregó.
El Sangay es el último volcán en el sur de Ecuador y en los actuales momentos mantiene un proceso eruptivo que se caracteriza por la generaciones de explosiones de baja o mediana intensidad, así como una actividad sísmica importante.
Según el último reporte del Instituto Geofísico (IG) de la Escuela Politécnica Nacional, que vigila la montaña permanentemente, en el último día ha generado dos explosiones y más de una veintena de eventos sísmicos.
Su actividad interna y superficial se mantiene alta y ha generado columnas de emisión de gases y ceniza de entre 900 y 1.500 metros sobre el nivel de su cráter.
El Sangay es uno del medio centenar de volcanes que tiene Ecuador y, junto al Reventador, es uno de los que actualmente se mantiene en situación de alta actividad.
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