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¿POR QUÉ SON TAN IMPORTANTES LOS “ESTADOS BISAGRA” EN LAS ELECCIONES DE EE.UU.?




Hay estados en los que, tradicionalmente, la población vota a un partido y esa tendencia se ha mantenido durante muchas elecciones.

Por eso, a pesar de hacer campaña, es improbable el poder revertir la inclinación de los votantes, de manera que los partidos no centran sus estrategias electorales en esas circunscripciones.

Frente a esos, están los llamados «estados bisagra» o «estados indecisos», en los que el resultado es incierto, que es donde los candidatos suelen centrar sus esfuerzos a pocas semanas de las elecciones.

Estados rojos y azules
El panorama electoral se divide, principalmente, en estados rojos y azules. Pero, ¿Qué son exactamente? Se denomina red states (estados rojos) a aquellos cuyos votos electorales generalmente van a parar al Partido Republicano. Suelen ser estados como Kansas, Texas o Utah y, según un informe publicado por The Washington Post, sus votantes se suelen asociar a la clase rural.

Después están los blue states (estados azules), es decir, esas áreas geográficas que tradicionalmente consiguen el apoyo mayoritario de los votantes demócratas. Estados como Rhode Island, California, Massachusetts o el Distrito de Columbia forman parte de esa lista y sus votantes se caracterizan por ser de origen diverso y localizarse en las costas.

Los estados bisagra
Pero luego hay un tercer grupo: los denominados swing states «estados bisagra». También se les conoce como “estados púrpura” (purple state) o “estados en disputa” (battleground state) porque son aquellas áreas geográficas que no tienen un candidato claro en las encuestas. De hecho, se le llama así, púrpura, porque son estados que son una mezcla de votantes republicanos (rojos) y demócratas (azules) y es difícil de pronosticar su tendencia con claridad en los sondeos que se dan a conocer antes de las elecciones.

¿Cómo funcionan los votos electorales y por qué los estados bisagra definen la elección?
“En el sistema electoral estadounidense, cada estado aporta un cierto número de votos electorales y si, por ejemplo, Trump tiene el 55% de los votos en Florida, el candidato republicano se llevaría los 29 votos electorales, es decir, el total de votos asignados a este estado.

«Se trata de un sistema en el que el ganador (de cada estado) se lleva todos los votos electorales (de ese estado)”, explica el analista político César Grajales en declaraciones a la Voz de América.

Así que los «estados bisagra» son de vital importancia para demócratas y republicanos en tanto que, después de todo, son los que pueden acabar definiendo los resultados de la contienda presidencial.

La estrategia: cautivar el voto en esos estados
Es por eso que ambas campañas están haciendo grandes esfuerzos para cautivar el voto en los «estados bisagra».

Aunque está demostrado, aseguran los expertos, que más allá de las encuestas, en estos estados lo determinante es el trabajo que realizan los partidos en el terreno.

“Lo importante es lo que se acaba votando el 3 de noviembre, por eso es muy importante que los partidos hagan campaña, especialmente en esos estados que son tan impredecibles”, apuntaba Luis Alvarado, otro analista consultado por la VOA.

De hecho, en 2016 las encuestas daban una holgada victoria en este estado a Hillary Clinton y, después, los resultados electorales no se asemejaron a lo que habían pronosticado los sondeos. Es más, por ejemplo, en 2016 el presidente Donald Trump logró victorias en algunos «estados bisagra», que ahora, a menos de un mes para las elecciones están una vez más sin un claro ganador:

Arizona
Las proyecciones más recientes de CBS/youGov, Fox, Ipsum, entre otros, indican un virtual empate al 46% entre el actual presidente y el candidato demócrata Joe Biden. En las últimas elecciones, Trump superó allí a los demócratas por poco más de cuatro puntos.

Florida
En 2016, Trump consiguió llevarse los votos electores por un solo punto y fue ese estado el que le acabó abriendo la puerta a la Casa Blanca. Ningún presidente ha ganado la presidencia sin ganar Florida, desde 1992. En 2008, por ejemplo, dieron la victoria a la dupla Obama-Biden.

Por su parte, Biden busca afianzar los 29 votos electorales del “estado del Sol” con una inyección de 100 millones de dólares, donados por el excandidato demócrata en las primarias, Michael Bloomberg.

Texas
A pesar de que este estado ha sido tradicionalmente un bastión republicano, las encuestas dejan ver que este año se podría convertir en un estado bisagra. Los datos del estudio dan una ligera victoria a Trump con el 46% de los votos, mientras que Biden contaría con el 45% del apoyo electoral.

Carolina del Norte
Sus 15 votos electorales pueden resultar clave en la carrera por la reelección de Trump, que ganó allí en 2016 por una ventaja de casi cuatro puntos porcentuales. En la actualidad, según el promedio de sondeos de RealClearPolitics, Biden aventaja en intención de voto al republicano por algo más de un punto, 48,2% frente a un 47%.

Minessota
Consciente de esta situación, Donald Trump ha invertido 30 millones de dólares en la campaña republicana en Minnesota, mil veces más que hace cuatro años, según fuentes del partido. ¿Para qué? Con el objetivo de conseguir un cambio de tendencia en el voto electoral.

Desde hace 50 años, Minnesota ha sido un reducto demócrata. Pero en 2016, el partido logró la victoria por tan solo 45.000 votos. Por lo tanto, según apuntan varios expertos, Trump pretende hacer campaña para lograr consolidar el cambio de color de ese estado y hacerse con los 10 votos electorales de su Colegio Electoral.

Wisconsin
Los expertos consideran que uno de los grandes errores de la campaña de la aspirante demócrata en 2016, Hillary Clinton, fue no viajar a este estado del Medio Oeste. Trump se llevó la victoria -y los diez votos de su colegio electoral- por apenas unas décimas. En estos momentos, la ventaja de Biden (50,2%) sobre Trump (44,6%) es considerable, según RealClearPolitics.

Un mes: un último esfuerzo
No hay duda de que los partidos se enfrentan a un escenario incierto. La clave de las elecciones va a estar en manos de los estados bisagra, así que los partidos van a apurar el último mes de esta atípica campaña electoral marcada por la pandemia del coronavirus con un último esfuerzo para tratar de convencer al electorado indeciso.

Y es que no conviene olvidar que unos pocos votos pueden acabar decantando la balanza hacia uno u otro candidato.

Fuente: VOA




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