Una protesta de más de 200 jóvenes artistas cubanos que se plantaron todo el día frente al Ministerio de Cultura consiguió que se les escuchase su reclamo por mayor tolerancia al arte independiente, en un hecho inusual en la isla y que según algunos expertos mostró a una generación más atrevida y conectada con el planeta.
La inédita concentración se produjo luego de que las autoridades desalojaran el jueves a una docena de jóvenes creadores de un proyecto llamado San Isidro y que se habían atrincherado en una casa –la sede de la agrupación– en La Habana Vieja, a mediados de noviembre demandando la excarcelación de uno de sus miembros, el rapero Denis Solís, condenado por insultar a un policía.
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