POR AP.- Los patrocinadores japoneses de antemano han contribuido con una cifra récord de 3.300 millones de dólares para ayudar a cubrir los Juegos Olímpicos de Tokio. Eso es al menos el doble que en cualquier cita olímpica previa.
Pero sigue sin ser suficiente.
Ahora se les pide a los patrocinadores que paguen millones más para cubrir parcialmente los elevados costos del aplazamiento de un año por la pandemia de coronavirus.
Esto ocurre al tiempo que los negocios en Japón batallan con la propagación de COVID-19, lo que genera dudas sobre si el reinvertir en unos Juegos Olímpicos que lidian con una potencial reducción de aficionados y una extensa lista de normas relacionadas con la pandemia que podrían desalentar al turismo y público.
“Estamos en proceso de solicitar patrocinio adicional (pagos) de nuestros socios”, indicó el director ejecutivo del comité organizador, Toshiro Muto, la semana pasada al ofrecer detalles sobre las razones por las que el aplazamiento de los Juegos de Tokio costarán a los organizadores y contribuyentes japoneses 2.800 millones de dólares adicionales. “Los patrocinadores han manifestado su disposición para contribuir a los Juegos el año próximo. Pero no han especificado una cantidad”.
Ninguno de los cerca de 70 patrocinadores a nivel nacional se ha negado —al menos públicamente— a contribuir a unos Juegos Olímpicos respaldados por el primer ministro Yoshihide Suga e impulsados por el poderoso grupo publicitario japonés Dentsu Inc., la agencia de mercadotecnia oficial para los Juegos de Tokio.
No obstante, quizá sea necesario presionar un poco para mantener a los patrocinadores. La armonía y el consenso son importantes en Japón, y esto se extiende al ambiente corporativo.
Sacar adelante los Juegos Olímpicos es visto como un proyecto nacional, una cuestión de honor y de guardar las apariencias. Las dudas que se manifiestan en privado difícilmente se hacen públicas. Algunos patrocinadores podrían ofrecer pagos adicionales “en especie” —contribuciones que no son hechas en efectivo— pero pocas discrepancias y detalles de contratos han sido dados a conocer al público. Al final, es probable que cualquier déficit sea absorbido por los contribuyentes.
Entre los patrocinadores nacionales se encuentra la aerolínea japonesa ANA, que reportó pérdidas por 1.800 millones de dólares durante la primera mitad del año fiscal, así como la agencia de viajes JTB, que en el mismo periodo perdió 750 millones de dólares.
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