POR EFE.- La Iglesia española ha pedido que en este año tan duro los ciudadanos saquen tres «bellas enseñanzas» de la Navidad y apuesten por la humildad, por «la acogida del que viene de lejos y el compartir con el que no tiene nada».
«Valores tan necesarios en nuestro tiempo, aquí y ahora. Porque estamos celebrando la Nochebuena de un año muy duro», ha asegurado el presidente de la Conferencia Episcopal Española, el cardenal Juan José Omella, en su mensaje de Navidad.
El cardenal reivindica que el nacimiento de Jesús enseña que «la mayor grandeza está en lo pequeño» y apela -sin citarla expresamente- a la inmigración al referirse al «ejemplo de José».
«Él tampoco pudo celebrar esa Navidad ni donde quería, ni seguramente con quienes quería. Las gentes del lugar no les pudieron acoger o no quisieron acogerlos. Pensaban que, con ellos, no cabrían todos y dejaron fuera lo mejor, a los más necesitados. Esa familia llegada de fuera, como ocurre tantas veces, eran una bendición, una riqueza y un nuevo don para esa sociedad. Dejándolos fuera, se perdieron lo mejor. Que no nos eso pase a nosotros», ha reclamado.
El cardenal Omella ha recordado que en este último año la pandemia se ha llevado la vida de muchas personas. «Os invito a todos a poner lo mejor de nosotros mismos para que el que sufre esa tristeza, sienta el calor de nuestra compañía», ha pedido.
«Seguramente, mirando a nuestro alrededor, en este momento, nos damos cuenta de la dureza de lo que nos ha pasado. Muchos no han podido venir a estar con nosotros, como hacían otros años. Las reuniones en familia tan propias de estos días, no pueden ser como nos habrían gustado. Y echamos de menos a los nuestros que se han tenido que quedar lejos», recuerda el cardenal.
También se ha referido el presidente de la Conferencia Episcopal a los hogares donde se viven ya dificultades económicas graves y en las que «el futuro se presenta sombrío».
«Sería bueno, cuánto lo deseamos todos, que los responsables políticos y las instituciones públicas y privadas pongan los medios necesarios para que esta nueva crisis social y económica pase cuanto antes. En eso se concreta ahora su vocación de servicio al bien común, sin el cual no existe una verdadera caridad política», ha reclamado el máximo responsable de la Iglesia española.
No obstante, el cardenal ha dedicado unas palabras a todas las «luces» que han brillado este año en medio de la oscuridad: «los sanitarios, los médicos, los sacerdotes en los hospitales, los militares en las residencias de ancianos, los responsables de logística, de limpieza, de los servicios básicos, los trabajadores en los supermercados, en los colegios. Tantas y tantas personas e instituciones sociales…»
Además, ha puesto en valor a todos aquellos que «han salido a ayudar al otro, por encima de cualquier otra consideración».
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