Algunos de los mayores clientes de JP Morgan se encontraron recientemente con una reacción insólita. El banco les pidió que se llevaran su dinero a otra parte.
Según explicó su ejecutivo Jamie Dimon, la histórica firma de inversiones solicitó a algunas de las empresas que más fondos tienen depositados en él que los traspasaran a otras entidades, hasta reducir su base de depósitos en 200.000 millones de dólares.
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