POR EFE.- La iglesia católica de Honduras resaltó la labor de los profesionales sanitarios durante la pandemia y criticó los débiles sistemas de salud y de Justicia del país, así como la corrupción, durante el viacrucis del Viernes Santo que se conmemoró sin peregrinos en los templos, por segundo año, por la covid-19.
La procesión en Tegucigalpa, la capital de Honduras, inició como de costumbre en la iglesia San Francisco y se hizo con las imágenes de Jesucristo, cargando la cruz, y la virgen María, en la parte trasera de dos vehículos. Las imágenes recorrieron las catorce estaciones de la Pasión de Cristo, mientras miembros de las iglesias leían los pasajes que narran desde la condena a muerte de Jesús hasta el momento en que es colocado en el sepulcro.
Algunas parroquias recrearon los momentos vividos por Jesús de Nazaret, guardando la distancia, en cumplimiento al protocolo de bioseguridad establecido por las autoridades por el coronavirus, que en el país deja más de 189.000 contagios y 4.622 muertos. Una veintena de católicos se concentraron frente a cada una de las catorce estaciones del viacrucis para orar, mientras que otros siguieron la procesión a través de la televisión de la iglesia católica, la radio y sus redes sociales.
SISTEMA DE JUSTICIA FAVORECE A PODEROSOS
Frente a la entrada principal de la Catedral de Tegucigalpa, que lucía adornada con altares con flores y motivos religiosos, el párroco Juan Carlos Martínez cuestionó el sistema de Justicia de Honduras y la complicidad de la sociedad. El sistema de Justicia del país está «concebido para liberar a los poderosos y condenar a los débiles», lamentó Martínez.
«Hoy nos horroriza esa injusticia, nos gustaría distanciarnos de ella, pero con mucha frecuencia con actitudes, comentarios y posturas, también nosotros somos cómplices de que Barrabás siga suelto», subrayó. El religioso indicó que el «silencio cómplice» de la sociedad ante «lo injusto, la actitud de impotencia ante quién hace tanto daño a su pueblo, son signos de colaboración con el mal, de la condescendencia, lo indebido y de estar de acuerdo que la justicia se aleje de nuestras manos».
ORAR POR PERSONAL SANITARIO EN PRIMERA LÍNEA
Por segundo año, a causa del coronavirus fueron suspendidas las procesiones en Honduras, que tiene una población de 9,3 millones de habitantes, la mayoría católicos, y tampoco se elaboraron las alfombras de serrín, con imágenes de Jesucristo y alusivas a la Semana Santa. El presidente del Tribunal Eclesiástico de Honduras, Alex Hernández, pidió a los hondureños meditar sobre «cuántos hermanos nuestros están caídos a causa de las dificultades de la vida, caídos por las miserias, las enfermedades y tantos problemas que hoy vivimos».
El religioso instó a la sociedad a orar por las personas que «cayeron y ya no se levantaron» y por el personal sanitario que «están al frente bregando contra esta pandemia, para que el Señor les renueve la fuerza, les conceda su bendición, los anime en su trabajo». «Encomendemos a todo ese personal sanitario que con gran deseo y esfuerzo siguen el ejemplo de Jesucristo, dando lo mejor de sí mismos; Encomendemos también a todos nuestros feligreses para que el Señor, en medio de sus dificultades y necesidades, les levante y los anime»,
DÉBIL SISTEMA DE SALUD
El vicario general de la Arquidiócesis de Tegucigalpa, Carlo Magno Núñez, quien recientemente se ha recuperado de la covid-19, pidió también orar por el personal sanitario que ha «ofrendado su vida porque muchos vivamos». Encomendó a Dios a los sacerdotes que están positivos de la covid-19, algunos de ellos hospitalizados y otros recuperándose en sus casas.
En la décima estación del viacrucis móvil en Tegucigalpa, los sacerdotes cuestionaron la escasez de medicamentos y de protección para el personal de salud en los hospitales, la indiferencia con los que piden en la calle y a los que «roban en perjuicio de los más necesitados».
«Cuando abusamos del poder que Dios nos ha otorgado, cuando cometemos actos de corrupción, cerramos nuestros ojos a las necesidades del otro (…), debemos ver en el rosto del indigente, del enfermo, del médico que está en primera línea, del marginado, el rostro de Cristo sufriendo», enfatizaron.
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