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SIETE CARACTERÍSTICAS DE LAS PERSONAS CONTROLADORAS



NDIGITAL.- El control se relaciona con el orden, la estabilidad, la organización… Sin embargo, la necesidad de control no siempre resulta beneficiosa para el individuo. Es cuando hablamos de las personas controladoras, que ejercen control sobre todo en las personas de su entorno.

Son personas que necesitan saber qué hace constantemente su pareja (muchas veces, fruto de una gran inseguridad personal), por ejemplo, o que pueden llegar a manipular a familiares y amigos para obtener lo que ellas buscan. ¿Qué más sabemos sobre este tipo de personalidad además de sus conductas prototípicas?

Control y necesidad de control

Según la RAE (Real Academia Española), el control se define como ‘comprobación, inspección, fiscalización, intervención’. También como ‘dominio, mando, preponderancia’. En el lenguaje cotidiano asociamos el control al orden, a la planificación.

Hay personas que necesitan tenerlo todo bajo control. ¿Por qué? Porque así se sienten más seguras. Sin embargo, esta necesidad de control puede volverse patológica cuando interfiere directamente en el bienestar. Pero, ¿cómo son las personas controladoras? ¿Son aquellas que quieren tenerlo todo bajo control, o hay algo más? ¿Tiene esto relación con la búsqueda del control de los demás?

Personas controladoras: características y rasgos

Con personas controladoras nos estamos refiriendo a aquellas que más que tener control sobre la propia vida, intentan tenerlo sobre la de los demás. Son personas que buscan controlar al otro a través de diferentes mecanismos (y por causas diversas).

Sin embargo, también veremos cómo ese control lo intentan ejercer, muchas veces, en su propia vida (en su entorno, experiencias, etc.). Veamos algunas de sus características más relevantes:

Necesitan el control

Suena lógico, ¿no? Las personas controladoras necesitan controlar no solo a las personas de su entorno (sobre todo parejas, amigos…) sino también diferentes elementos de su vida (ámbito académico, laboral…).

Esta necesidad de control suele responder a un tipo de personalidad (a veces, relacionada con rasgos obsesivos), o también a un estilo de adaptación bastante disfuncional. Intentan que los vínculos sean estrechos, buscando el apoyo incondicional de los demás. Así, cuando trabajan en equipo, por ejemplo, no buscan tanto cooperar o hacer «piña», sino más bien sentirse arropadas por los demás.

Se entrometen

Otro rasgo de estas personas es la intromisión. Son personas que actúan para ganar influencia en los asuntos de los demás, pudiendo llegar a ser altamente invasivas y «cotillas».

Muchas veces, esto se debe al hecho de no tener en cuenta las necesidades o inquietudes del otro. ¿Qué más da que la otra persona no quiera hablar de X tema? La persona controladora seguirá insistiendo.

Son paternalistas

Las personas controladoras también pueden ser muy paternalistas. Muchas veces, recurren a este mecanismo para ocultar su intento de poder o de control sobre el otro.

El paternalismo puede traducirse en: mostrarse muy conciliador (por ejemplo, ofreciéndose a tomar una decisión por la persona), o de forma menos sutil, mostrándose dominador (por ejemplo, criticando decisiones de la persona).

Intentan aislar al otro

Este tipo de personas también suelen buscar aislar, socialmente, al otro. Esto es también una forma de control; «si te aíslo, hay menos probabilidades de que recurras a otro para obtener ayuda o compañía», por ejemplo.

En las relaciones de pareja este tipo de acciones es más evidente. La persona controladora, muchas veces, acaba «haciendo» que su pareja se desvincule de su familia, de sus amigos…

Tienen baja tolerancia al estrés

Cuando estas personas no pueden o no saben controlar los eventos externos (o a las personas), experimentan mucho estrés. De forma inconsciente, creen que solo controlando su ambiente y todos los aspectos de su vida, serán capaces de asegurarse que se satisfacen sus propias necesidades.

Se sienten inferiores

Muchas veces, tras todas estas conductas controladoras y, en algunas ocasiones, manipuladoras, se esconde en realidad un fuerte sentimiento de inseguridad personal o baja autoestima.

Con frecuencia, intentan paliar esa baja autoestima a través del control, porque tienen miedo a que las cosas (o personas) que no controlan, les superen o les generen sufrimiento.

¿Qué hay de nosotros?

Hemos hablado de algunas características de las personas controladoras, y de su gran impacto a la hora de influenciar a los demás. Sin embargo, no debemos olvidar que las relaciones son bidireccionales, es decir, que tras alguien controlador hay alguien que se está dejando manipular o controlar.

Si estás en esta situación, pregúntate: ¿por qué lo aguanto? No olvidemos que nuestra responsabilidad, en las interacciones personales, sigue ahí. Tomemos conciencia de lo que nos aportan las personas de nuestra vida, y desvinculémonos de personas que nos hacen daño.

¿Hay alguien que te intenta controlar? Reflexiona sobre si es esto lo que quieres realmente en tu vida; si no, intenta cambiarlo. Escoge bien a quién quieres en tu vida.

“El hecho es que la gente sí es buena. Dales cariño y seguridad y ellos te darán cariño y vivirán seguros en sus corazones”.

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