POR EFE.- El misterioso socavón de Puebla, en el centro de México, superó este jueves los 120 metros de diámetros y engulló a dos perros, que permanecen con vida, pero con pocas posibilidades para rescatarlos.
Las autoridades admitieron que por ahora no existen opciones para salvarlos porque la maniobra es “casi imposible”, aunque un grupo civil de rescate animal afirma que ha pedido permiso para realizar el rescate.
El agujero, que apareció a finales de mayo en el municipio de Juan C. Bonilla, alcanzó un diámetro de 126 metros en el eje mayor y uno de 114 metros en el menor, con una tendencia a seguir creciendo de una manera más lenta, según los investigadores que llegaron al sitio.
La profundidad del orificio es de al menos 20 metros.
El investigador del Instituto Politécnico Nacional (IPN), Pedro Francisco Rodríguez expuso a Efe que en los cinco días de estudios geofísicos, geológicos e hidrológicos realizados en el subsuelo han detectado tres hipótesis, ninguna definitiva.
La primera es que son causas naturales indeterminadas, la segunda es por la explotación de los mantos acuíferos y la tercera es una combinación de estas.
Rodríguez ahondó que buscan el origen para conocer si hay posibilidades de que se formen más socavones en otros puntos.
Tras reclamos por cinco viviendas que han sufrido daños parciales o totales, el gobernador de Puebla, Miguel Barbosa, prometió que apoyará a todas las familias que resulten afectadas.
“Somos gobierno y vamos a responder”, aseveró Barbosa en una rueda de prensa en el sitio.
El desprendimiento se produjo el 29 de mayo en un terreno de cultivo del municipio Juan C. Bonilla, a poco más de 20 kilómetros de Puebla capital, en una zona donde solamente hay algunas casas pequeñas y humildes de las personas que cultivan las tierras.
El hoyo se originó con solo cinco metros de diámetro, en solo 24 horas pasó a los 30 metros y desde entonces no ha parado de crecer.
La situación ha despertado interés nacional por lo inusual de la formación, pero entre los vecinos ahora cunde la alarma por la situación de las mascotas, que el gobernador insistió en no poder salvar.
“Tengamos claros los hechos, aquí se está buscando una solución a este problema que están sensible ante la opinión de mucha gente que ama a los animales, todos los amamos, yo tengo una predilección especial para perros y gatos, pero tenemos que ser muy responsables”, sostuvo Barbosa.
Fátima Ortega, dueña de uno de los perros que cayó al socavón, contó a Efe que “Spay” siempre juega en la zona con otros cachorros, pero nunca imaginó que caería al agujero porque su casa está a 250 metros del lugar.
“Las asociaciones animalistas me están ayudando a que me hagan caso, me van a ayudar, hay rescatistas que quieren venir sin necesidad que el Gobierno les pague, lo van a hacer de corazón, el Gobierno no nos quiere dar apoyo”, cuestionó.
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