Un equipo de investigadores de la Universidad de Stanford, en colaboración con la Universidad Rey Fahd de Petróleo y Minerales en Arabia Saudita, ha desarrollado un dispositivo revolucionario que puede producir fertilizante a partir del aire utilizando energía eólica. Este dispositivo innovador extrae nitrógeno del aire y lo convierte en amoníaco, un componente clave de los fertilizantes, sin necesidad de energía externa adicional.
El método tradicional de producción de amoníaco, conocido como Haber-Bosch, consume el 2% de la energía mundial y genera cerca del 1% de las emisiones globales de CO₂ debido a su dependencia del gas natural. En contraste, el nuevo dispositivo de Stanford opera a temperatura ambiente y presión atmosférica estándar, lo que lo hace mucho más eficiente y ecológico.
Este avance tiene el potencial de transformar la industria agrícola, permitiendo a los agricultores producir fertilizante directamente en el lugar de cultivo, reduciendo costos y emisiones. Además, el amoníaco producido de esta manera también puede actuar como un portador de energía limpia, lo que lo convierte en una solución prometedora para la descarbonización de diversas industrias.
Es un paso significativo hacia una agricultura más sostenible y un futuro más verde.
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