Durante la devastadora sequía que azotó los campos de Río Negro en 2021, Balogh buscó una alternativa para alimentar su ganado con mínimos recursos hídricos y sin acceso a pasturas tradicionales. Su solución fue el forraje verde hidropónico, que permitió alimentar y salvar más de 50 ovejas en condiciones extremas. Con el tiempo, perfeccionó su técnica hasta desarrollar un sustrato comestible a base de bagazo de cerveza, lo que duplicó la producción de forraje en el mismo espacio, redujo el consumo de agua y aumentó el contenido de proteína bruta de 18% a 25,67% en la semilla de trigo, alcanzando niveles comparables a una alfalfa mejorada.
El sustrato comestible utilizado en este sistema tiene múltiples ventajas:
Menor consumo de agua: La retención de humedad del sustrato reduce la necesidad de riego casi a cero.
Mayor eficiencia en la producción: Se requieren menos semillas y menos espacio para obtener el doble de rendimiento.
Sostenibilidad ambiental: El sustrato reutiliza residuos industriales, como el bagazo de cerveza, y no requiere fertilizantes ni químicos.
Mayor valor nutricional: Aporta calcio, fósforo y otros nutrientes esenciales, mejorando la calidad del forraje y la salud del ganado.
Independencia del clima: No necesita tierra ni condiciones climáticas específicas, lo que permite producir forraje en cualquier época del año.
Gracias a estos avances, Balogh creó la pyme Forraje Tecnol, donde ofrece módulos de producción para que otros productores puedan cultivar su propio forraje hidropónico sin depender de grandes inversiones en tecnología o infraestructura. Cada módulo de 2m x 3,6m x 2,2m de altura permite producir entre 150 y 180 kilos de forraje al día, suficiente para alimentar hasta 300 ovejas. En tan solo ocho días, el forraje está listo para su consumo, sin necesidad de suelo ni fertilizantes tradicionales.
El emprendimiento ha sido declarado de interés en la provincia y promete ser una solución clave para la producción ganadera en zonas áridas y con escasez de agua. Además, Balogh proyecta implementar este sistema en la Línea Sur de Argentina durante el invierno, ya que el sustrato actúa como un protector natural para las semillas en bajas temperaturas. Este método innovador no solo optimiza la producción ganadera, sino que también contribuye a la sostenibilidad y el aprovechamiento eficiente de los recursos naturales, posicionándose como una alternativa viable para el futuro de la agricultura vertical.
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