Desde que se dio a conocer el decreto 48-25 con el cual se destituía a Ángel Hernández como ministro de educación en su lugar asume la función Luis Miguel De Camps García, no han cesado las órdenes departamentales, muchas de ellas hasta con fecha retroactiva a la emisión del decreto el domingo 02 de febrero. Comenzando unas pléyades de órdenes que van desde la 02-2025 hasta la 32-2025, las que se ha publicado en los portales del Minerd. En todas estas órdenes departamentales han sido nombrado decenas de directores de direcciones nacionales, así como regionales y distritales.
A fin de que de las dieciocho regionales de educación han sido removidos 16 directores regionales con sus respectivos distritos, solo quedando dos en sus funciones porque hicieron acuerdo tras bastidores con el ministro saliente. Es decir que en los últimos 25 días fueron removidos 16 de 18 directores regionales y 108 de 120 directores distritales con sus respectivos directores adjuntos. Dejando abierta la pregunta sobre la legalidad y la legitimidad de esas decisiones.
El ministro de educación tiene unos brazos y piernas sobre los cuales se mueve y puede ejercer dignamente su función. Estos son los viceministros, los directores nacionales y los directores regionales. Los viceministros son nombrados por decreto presidencial, aunque responden a la confianza del ministro de turno. Los directo nacionales y regionales son designados por el ministro y responden a personas de su extrema confianza. Estos son los gestores de llevar a cabo y hacer cumplir las políticas educativas en todo el territorio nacional y es por ello que cada ministro viene con su equipo de trabajo para hacer cumplir sus metas al frente del Ministerio de Educación.
Es de fuente confiable que estas decisiones de Ángel Hernández no han sido consensuadas con Luis Miguel De Camps, sino que árbitramente grupos de poder a nivel interno del Minerd y otros grupos de fuerzas externas al Minerd se han dado la tarea de dejarle un muñeco armado al nuevo ministro. Y que de darle curso a estas órdenes departamentales salidas y publicadas después del día 02 febrero y otras previas a esta fecha, De Camps tendría las manos amarradas para tomar decisiones y aplicar políticas educativas.
Grupos cercanos al nuevo ministro dan por hecho que todas estas órdenes departamentales quedaran sin efecto por ser atemporales e ilegitimas. Ha de contar que aun faltado menos de 48 horas para entregarle al nuevo ministro se están juramentando nuevos directores regionales y distritales en todo el territorio nacional. Y que las ordenes departamentales que los nombra tienen fecha de la primera semana de febrero o la última de enero, pero que no habían sido publicadas en ningún portal.
Todo el que conoce al De Camps sabe que no sería títere de nade, además después de casi cinco años al frente del Ministerio de Trabajo, nadie mejor que él conoce de los procesos legales en torno al código de trabajo dominicano. Lo procedente para el nuevo ministro es que el mismo dia 26 de febrero dejara sin efecto tales nombramientos y que en su lugar ponga gente que respondan a sus lineamientos. De Champs tendrá autonomía en sus funciones y no esta comprometido bajo el lienzo de la vicepresidenta como lo estuvo Ángel Hernández. A diferencia de Hermandades que no tuvo una antonina porque se debía a grupos empresariales que deseaba controlar los fondos del 4%, De Champs será catalogada por su capacidad de tomar sus propias decisiones.
¿Dejará Luis Miguel De Camps que le entreguen un muñeco armado?
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